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Activando la máquina, vencer o morir.

Mientras el equipo comenzaba a explorar y documentar la cámara, Karl se dio cuenta de la magnitud de su descubrimiento. Habían encontrado la clave para activar la máquina, pero aún quedaba mucho trabajo por hacer.

“tenemos que ser meticulosos”, dijo Karl, mirando a Lupe. “cada detalle es crucial. Pero ahora sabemos que es posible. Podemos detener el asteroide y salvar nuestro planeta”.

Con renovada determinación, el equipo se puso a trabajar, conscientes de que cada paso los acercaba más a asegurar el futuro de la humanidad.

El equipo, aún maravillado por su descubrimiento, se dispuso a documentar cada rincón de la cámara de la máquina. Cada mecanismo, cada inscripción, cada símbolo, fue cuidadosamente fotografiado y registrado. La tensión y la emoción eran palpables en el aire, pero sabían que no podían permitirse ningún error.

Después de horas de minucioso trabajo, encontraron una enorme mesa ovalada en el centro de la cámara. La mesa parecía hecha del mismo material resistente y liviano del cubo. Sus superficies estaban llenas de inscripciones y diagramas que parecían describir el funcionamiento de la máquina.

Karl, Sara, Lupe, amir, tomas y Ahmed se sentaron alrededor de la mesa. Había una mezcla de expectación y determinación en sus rostros. Sabían que esta reunión sería crucial para su éxito.

Karl comenzó la reunión con una revisión general de lo que habían encontrado hasta ahora.

Karl: “hemos documentado todos los mecanismos y símbolos en la cámara. Ahora debemos entender cómo activarlos. Sabemos que el cubo es una llave, pero también parece que las varillas tienen un papel crucial.”

Sara: “según las inscripciones, las varillas deben insertarse en los puntos clave de la máquina. Esto alineará los espejos y conductores que dirigirán el pulso electromagnético.”

Amir: “el problema es que no sabemos exactamente dónde deben ir las varillas. Necesitamos descifrar las inscripciones más detalladamente.”

Lupe, que había estado estudiando una sección de la mesa, levantó la mano.

Lupe: “creo que he encontrado algo. Miren aquí, estos diagramas muestran la estructura de la máquina y hay pequeños símbolos que corresponden a las varillas. Deben ser insertados en estos puntos específicos. Además, parece haber un nicho en la mesa que coincide exactamente con las dimensiones del cubo.”

Tomas: “eso tiene sentido. La máquina debe estar perfectamente alineada para que el pulso tenga la precisión necesaria para desviar el asteroide.”

Sara: “y aquí, justo al lado del nicho para el cubo, hay dos orificios exactos donde las varillas deben ser incrustadas.”

Ahmed tomó la palabra.

  • “Debemos seguir estas indicaciones al pie de la letra. Insertemos las varillas en los puntos indicados y coloquemos el cubo en su nicho. No podemos arriesgarnos a activar la máquina sin estar completamente seguros de su funcionamiento.”

 

Con una mezcla de nervios y esperanza, Karl comenzó a colocar la primera varilla, pero la máquina la rechazó. Hicieron varios intentos sin éxito.

Sara pensativa: “claramente, ahí va, pero es una máquina a prueba de tontos, es decir, de nosotros. Si no se deja colocar, es que algo falta.”

Todos estuvieron de acuerdo, y amir señaló el nicho para el cubo. “¿y si es que el cubo va primero?”

Se miraron y sonrieron. “es lógico. Pongamos el cubo a ver qué pasa.”

Al colocar el cubo, la mesa se activó, emitiendo una serie de colores y nuevos símbolos que aparecieron brillando. Una luz se proyectó desde la mesa, señalando específicamente uno de los orificios para las varillas.

Con la luz señalando uno de los orificios, Karl intentó colocar una varilla en el lugar indicado. Sin embargo, la máquina la rechazó nuevamente. Sorprendidos y algo desconcertados, comenzaron a debatir qué podría estar fallando.

En ese momento, tomás, que se había asomado desde la puerta, intervino: “¿ya probaron con la otra varilla? De pronto son diferentes.”

Se encogió de hombros y se retiró, dejando al grupo pensativo y considerando la nueva posibilidad.

Todos se miraron y, con nerviosas risas, instaron a Karl a probar con la otra varilla.

“¿qué podemos perder?” dijo Sara, tratando de aliviar la tensión.

Karl asintió y tomó la segunda varilla. Con cuidado, la colocó en el orificio señalado por la luz. Al instante, un brillo espectacular inundó la sala. La máquina reaccionó, mostrando más símbolos mientras una pantalla holográfica aparecía frente a ellos. Una nueva luz iluminó el segundo orificio, indicando el próximo paso.

Todos ríen, definitivamente es una máquina a prueba de tontos.

Karl, conteniendo la respiración, colocó la segunda varilla en el orificio iluminado. De inmediato, la sala entera se activó. Luces y símbolos comenzaron a brillar por todas partes, transformando la cámara en lo que parecía ser la sala de mandos de la enterprise, la famosa nave de viaje a las estrellas. Todos quedaron maravillados y asustados a la vez.

En el centro de la mesa, los símbolos empezaron a moverse, alineándose en lo que parecía ser un reloj cósmico de algún tipo. Los patrones y luces giraban, creando una danza de energía y datos que hipnotizaba a todos los presentes.

Sara, con los ojos muy abiertos, susurró, “¿qué es esto?”

Karl, igualmente fascinado, respondió, “creo que es un cronómetro de activación… O un tipo de reloj cósmico. Está señalando el momento exacto para la activación de la máquina.”

Amir, emocionado, añadió, “entonces, estamos cerca… Muy cerca de entender cómo salvar la tierra.”

La sensación de asombro y responsabilidad llenó la sala mientras continuaban observando el espectáculo de luces y símbolos.

  • Ya tienes trabajo Lupe dijo Karl, hay que entender ese reloj, saber que está marcando.

Cuando Karl realizo el comentario, Lupe ya estaba trabajando en ello; ese era su trabajo; su especialidad, para eso había estudiado tanto, hoy: en esa mesa ovalada se jugaba la vida. Literalmente.

La sala de mandos iluminada por la máquina recién activada era impresionante. La pantalla holográfica mostraba símbolos antiguos que parpadeaban en una secuencia compleja, y en el centro de la mesa, un cronómetro emitía una luz azulada.

Lupe, con su habilidad para descifrar patrones, se acercó al cronómetro y comenzó a examinar los símbolos y números que se proyectaban. Su mente trabajaba rápidamente, reconociendo fragmentos de lo que había estudiado anteriormente.

—esto no es solo un cronómetro —dijo Lupe en voz baja, principalmente para sí misma, pero captando la atención de los demás—. Es una cuenta regresiva.

Karl y Sara se acercaron, observando la pantalla con atención. Amir se posicionó al lado de Lupe, su rostro reflejando preocupación y curiosidad.

—¿qué ves, Lupe? —preguntó Karl.

Lupe continuó analizando los datos, sus dedos deslizándose sobre los símbolos proyectados en el aire.

—la secuencia de números aquí no es aleatoria. Estos símbolos representan fechas y tiempos específicos —explicó—. Según mis cálculos, la cuenta regresiva finaliza el 21 de diciembre a las 6 de la tarde, hora del Cairo.

El silencio llenó la sala mientras todos procesaban la información. La fecha y la hora coincidían perfectamente con la gran conjunción de júpiter y Saturno.

—¿qué podría suceder en ese momento? —preguntó amir, con una mezcla de temor y asombro.

—no lo sabemos con certeza, pero dado que los antiguos constructores crearon esta máquina y la vincularon a esa fecha, no puede ser algo trivial —respondió Sara, su voz reflejando la gravedad de la situación.

Karl asintió, su mente ya trabajando en posibles teorías y próximos pasos.

—necesitamos descifrar completamente estos símbolos y entender la función de esta máquina —dijo—. Lupe, amir, trabajen juntos en eso. Sara y yo nos enfocaremos en explorar más los símbolos de las paredes y de la cámara en general puede haber más cosas en la cámara que aún no hemos visto. Debemos encontrar cualquier otra pista que pueda ayudarnos a evitar una posible catástrofe.

El equipo se dividió rápidamente, cada uno consciente de la presión del tiempo que tenían sobre ellos. Lupe y amir volvieron a los símbolos, comparándolos con sus notas anteriores y utilizando todas las herramientas a su disposición para desentrañar el misterio de la máquina y su cuenta regresiva.

Karl y Sara, decididos a comprender mejor el funcionamiento de la máquina, comenzaron a examinar la cámara en profundidad. La sala estaba llena de mecanismos antiguos y símbolos grabados, pero sabían que cada detalle contaba.

—vamos a revisar todo, desde el suelo hasta el techo —dijo Karl, mientras ambos se movían alrededor de la esfera central.

Sara asintió, mirando con atención cada rincón. La esfera en el centro de la sala era particularmente intrigante. Era una esfera metálica grande, adornada con inscripciones y mecanismos que parecían estar sincronizados con los otros elementos de la máquina. Mientras se acercaban a ella, algo extraño comenzó a ocurrir.

Los celulares que ambos llevaban en el bolsillo comenzaron a activarse de manera inusual. Las pantallas se encendieron de repente y mostraron un brillo intenso, emitiendo un sonido de notificación que atrajo la atención de Karl y Sara.

—¿qué está pasando? —preguntó Sara, sacando su celular de su bolsillo.

Karl hizo lo mismo, observando cómo sus dispositivos mostraban un patrón de símbolos y una serie de coordenadas que parecían no tener sentido al principio. Los símbolos en las pantallas de los celulares coincidían con los que estaban grabados en la esfera central.

—esto no es una coincidencia —dijo Karl—. Los celulares están captando algo relacionado con la máquina.

Sara comenzó a revisar los mensajes y las notificaciones que aparecían en su teléfono. Parecían ser enigmáticas, llenas de códigos y símbolos desconocidos. Después de algunos minutos de análisis, se dio cuenta de que los mensajes estaban relacionados con la esfera.

—mira esto, Karl —dijo Sara, mostrando la pantalla de su celular—. Los símbolos en el teléfono parecen estar alineados con los de la esfera.

Karl examinó los símbolos en la pantalla y comparó con los que estaban grabados en la esfera. La coincidencia era demasiado exacta para ser casualidad.

—parece que la esfera tiene algún tipo de comunicación con los dispositivos modernos —comentó Karl—. Tal vez es una forma de activar o sincronizar la máquina.

Sara observó el patrón de símbolos en el teléfono y notó que algunos de ellos estaban en movimiento, como si estuvieran intentando formar una secuencia.

—¿qué pasaría si intentamos replicar estos patrones en la esfera? —sugirió Sara—. Puede que activemos alguna función oculta.

Karl asintió y se acercó a la esfera, siguiendo el patrón de símbolos que había en su celular. Empezó a tocar algunos de los puntos en la esfera, alineándolos según el patrón que observó. Sara hizo lo mismo con su dispositivo, ajustando los símbolos según la secuencia que los teléfonos mostraban.

A medida que realizaban estos ajustes, la esfera comenzó a emitir un suave resplandor y un sonido bajo, casi imperceptible. Los símbolos en la esfera se iluminaron y comenzaron a moverse, revelando un compartimento oculto.

—esto parece funcionar —dijo Karl, emocionado—. Vamos a ver qué hay en el compartimento.

Sara y Karl se acercaron al compartimento que se había revelado, esperando encontrar alguna pista crucial para comprender la máquina y su cuenta regresiva.

El compartimento revelado por la esfera tenía grabada claramente la imagen de una palma de mano humana. La impresión era tan precisa que parecía casi tridimensional. A su lado, un mensaje en símbolos antiguos indicaba que la máquina se activaría si se colocaba una mano sobre la marca.

Karl y Sara se miraron con cautela, sabiendo que cualquier acción precipitada podría tener consecuencias impredecibles.

—¿qué piensas? —preguntó Sara, su voz llena de preocupación.

—no lo sé, pero debemos ser cuidadosos —respondió Karl—. No sabemos qué hará la máquina exactamente al activarse. Necesitamos entender completamente el mecanismo antes de intentar algo.

Ambos comenzaron a examinar el compartimento más de cerca. La marca de la palma parecía perfectamente alineada con el mecanismo dentro del compartimento, lo que indicaba que no era solo un detalle decorativo. El diseño y la precisión del compartimento eran asombrosos, sugiriendo que el antiguo pueblo que construyó la máquina tenía un entendimiento avanzado de la tecnología.

—si colocamos una mano aquí, podríamos activar algo que no comprendemos completamente —dijo Sara—. Lo último que necesitamos es un error que nos ponga en peligro.

Karl asintió y sacó su libreta para anotar sus observaciones. Mientras tanto, Sara se acercó al panel de control cercano, buscando alguna otra pista o información que pudiera explicar mejor el propósito de la máquina.

—deberíamos revisar todos los registros y documentos relacionados con esta máquina —sugirió Sara—. Quizás hay algo en los símbolos o en las escrituras que pueda darnos una idea más clara.

Karl y Sara pasaron un buen tiempo revisando los datos en sus dispositivos y analizando los símbolos grabados en la máquina y en los teléfonos. Compararon los símbolos con los que habían encontrado antes y trataron de hacer conexiones con los documentos antiguos que tenían.

—todo parece apuntar a que la máquina tiene una función crucial —comentó Karl—. La cuenta regresiva, los símbolos, y ahora esta marca de mano… Todo está conectado.

Sara se detuvo en un punto particular de su investigación.

—mira esto —dijo—. Hay un patrón en los símbolos que parece indicar una secuencia específica. Quizás la máquina necesita esa secuencia para funcionar correctamente.

Decidieron seguir investigando la secuencia de símbolos, con la esperanza de encontrar una explicación que les permitiera activar la máquina de manera segura. El tiempo avanzaba y la presión se hacía cada vez más intensa. Sabían que tenían que actuar con precisión y cuidado para evitar cualquier error que pudiera ser desastroso.

Ambos continuaron analizando, sabiendo que cada descubrimiento los acercaba más a resolver el enigma de la máquina y, con suerte, prevenir cualquier catástrofe futura.

Mientras Karl y Sara continuaban analizando los símbolos y tratando de descifrar la secuencia de la máquina, Lupe y amir llegaron apresuradamente a la sala. Sus rostros reflejaban una mezcla de entusiasmo y urgencia.

—¡Karl, Sara, necesitamos hablar! —exclamó Lupe, captando rápidamente la atención de ambos.

Sara se volvió hacia ellos, preocupada por la interrupción.

—¿qué sucede? —preguntó.

—creemos que entendemos cómo funciona todo —dijo amir, sacando su celular para mostrarles—. La máquina necesita conectarse con los celulares porque estos dispositivos están actuando como una interfaz de comunicación.

Karl y Sara se acercaron, sorprendidos por la revelación.

—¿cómo es posible? —preguntó Karl—. ¿qué has descubierto?

Lupe tomó la palabra, mientras amir revisaba algunos datos en su teléfono.

—los símbolos que vimos en el cronómetro y en los celulares tienen una función específica. Los antiguos constructores de la máquina diseñaron un sistema de comunicación que se activa mediante la tecnología moderna. Los celulares están recibiendo y enviando datos que están sincronizados con la máquina —explicó Lupe—.

—¿entonces los celulares son parte integral de la activación de la máquina? —preguntó Sara, con una ceja levantada.

—exactamente —respondió Lupe—. La máquina tiene un mecanismo que responde a los patrones y símbolos que los celulares están transmitiendo. Es como si los celulares estuvieran actuando como una especie de control remoto o interfaz de usuario para la máquina.

Amir se unió a la explicación, mostrando en su teléfono una secuencia de símbolos que coincidían con los de la máquina.

—cuando sincronizamos los teléfonos con la máquina, los símbolos en los dispositivos están generando una secuencia que la máquina puede entender. Esto está relacionado con la cuenta regresiva. La máquina está esperando una señal precisa antes de activarse por completo —dijo amir—.

Karl y Sara intercambiaron miradas de comprensión y alivio. Esta nueva información les daba una pista crucial sobre cómo interactuar con la máquina sin causar un mal funcionamiento.

—entonces, si entendemos bien, debemos sincronizar los teléfonos con la máquina de una manera específica para activar la función deseada —dijo Karl.

—sí —confirmó Lupe—. Y también debemos tener en cuenta que cualquier error en la sincronización podría tener consecuencias graves. Es crucial que sigamos los patrones exactos.

Sara asintió y miró a Karl.

—parece que tenemos un camino claro a seguir. Vamos a trabajar juntos para asegurarnos de que la activación sea precisa y segura.

Con una nueva estrategia en mente, el equipo se preparó para la siguiente fase. La colaboración entre la tecnología moderna y los antiguos mecanismos prometía revelar más secretos de la máquina y avanzar en su misión.

Lupe y amir se reunieron con Karl y Sara, listos para revelar sus descubrimientos cruciales.

—la máquina fue construida hace unos 50 mil años —comenzó Lupe—, y obviamente, las condiciones astronómicas y geoespaciales han cambiado desde entonces. Los antiguos constructores diseñaron la máquina para emitir un rayo electromagnético en un momento y lugar específicos, basándose en las alineaciones planetarias de su tiempo.

—esas alineaciones han cambiado bastante desde entonces —añadió amir—. Como puedes imaginar, 50 mil años es un largo período para mantenerse actualizado con las posiciones exactas de los planetas y las estrellas.

Sara frunció el ceño, mientras Karl hacía un esfuerzo por seguir el razonamiento.

—entonces, ¿cómo planean actualizar la información de la máquina? —preguntó Karl.

Lupe sonrió ligeramente y continuó.

—precisamente por eso necesitamos los celulares. La máquina está diseñada para sincronizarse con la tecnología moderna para actualizar su información geoespacial. Al conectar los celulares, la máquina puede obtener los datos actuales sobre las posiciones planetarias y adaptarse a las condiciones presentes.

Amir se inclinó hacia adelante y, con un tono humorístico, dijo:

—solo unos 50 mil años desactualizada, nada que no pueda arreglarse con un poco de tecnología moderna.

Lupe asintió, tomando nota de la broma y luego continuando con la explicación.

—exactamente. La máquina necesita usar nuestros celulares para actualizar su base de datos geoespacial. Así podrá alinear correctamente el rayo electromagnético que está programada para disparar. Sin esta actualización, el disparo sería ineficaz, o podría no alcanzar el objetivo deseado.

—entonces, si entiendo bien —dijo Sara—, la máquina solo tiene un disparo electromagnético disponible. Y el cronómetro en la mesa marca el plazo para este disparo.

—correcto —confirmó Lupe—. La cuenta regresiva en la mesa indica que el disparo debe realizarse antes del 21 de diciembre a las 6 de la tarde, hora del Cairo. Después de esa fecha y hora, la máquina no podrá completar su objetivo.

Karl miró el cronómetro en la mesa, dándose cuenta de la magnitud de la tarea que tenían por delante.

—entonces, debemos asegurarnos de que todo esté sincronizado y actualizado antes de que llegue el plazo —dijo Karl—. Cualquier error podría ser catastrófico.

Sara asintió con determinación.

—vamos a trabajar juntos para garantizar que todo esté en orden. Lupe, amir, ustedes continúen con la sincronización de los celulares. Karl y yo seguiremos revisando la máquina y preparando el entorno para la activación.

Con una nueva comprensión del problema y un plan claro, el equipo se preparó para los próximos pasos. La presión del tiempo era palpable, pero con el conocimiento adquirido, estaban un paso más cerca de resolver el enigma de la máquina y evitar cualquier desastre.

Mientras Lupe y amir trabajaban para sincronizar los celulares con la máquina, Lupe se dio cuenta de que la actualización y toma de datos avanzaban mucho más rápido cuando todos participaban.

—¡creo que necesitamos que todos pongamos nuestros celulares aquí! —exclamó Lupe—. Cuantos más dispositivos tengamos, más rápido será el proceso.

Los cuatro se alinearon frente a la esfera de cristal, colocando sus celulares en un soporte diseñado para ello. Los teléfonos comenzaron a trabajar en sincronía, descargando y enviando datos a la máquina. Las pantallas de los celulares mostraban gráficos y números que se trasladaban a la esfera, que emitía un suave resplandor mientras se actualizaba.

Amir, notando la intensidad del momento, no pudo evitar hacer una broma.

—espero que no tengan fotos muy pecaminosas en sus celulares, porque el anuncio podría verlas —dijo, sonriendo.

Las risas estallaron en la sala. Lupe se tapó la cara en tono juguetón y dijo:

—¡ay, qué pena!

Sara añadió con humor:

—no hay problema, las mías las borré ayer.

La broma causó más risas, y Karl, aprovechando el momento, dijo:

—en cambio, nosotros los hombres no tenemos nada de nada. Solo una foto de mi abuelita, que no cuenta.

La sala se llenó de risas nuevamente, y Lupe, con una sonrisa traviesa, agregó:

—ustedes son los que más deben tener.

Las carcajadas continuaron, aliviando un poco la tensión que había estado acumulándose. Los cuatro se sentían más unidos y relajados, disfrutando de la camaradería mientras trabajaban en la sincronización de los dispositivos y la actualización de la máquina.

 bueno aclaremos este asunto, dijo Sara.

  • El 21 de diciembre los planetas júpiter y Saturno se alinearan, su enorme fuerza gravitatoria sacará de orbita un asteroide de unos 30 kilómetros de diámetro que se dirigirá hacia nosotros, si impacta con la tierra, será el fin de la civilización como la conocemos, no habrá más humanos, los Anun ka este pueblo del espacio que ha visitado nuestro planeta, desde hace miles de años se dio cuenta del peligro y construyó una máquina capaz de lanzar desde la luna un rayo electromagnético que desviará el asteroide para que se vaya contra el sol, y así salvar nuestro planeta, pero es claro que nuestros antepasados de hace unas décadas atrás, no podrían haber hecho funcionar las máquina aunque estuvieran aquí, pues no contaban con los recursos técnicos, es decir satélites y celulares, internet, etc., que le permitieran a la maquina actualizar sus registros para hacer un único disparo acertado. No sabemos cuánto tiempo demore la máquina actualizando, quizá unas horas o unos días. En resumen, esa la situación, ¿me olvide de algo?

 

Todos quedaron en silencio, no había mucho que agregar: amir con timidez agregó

  • Yo creo debemos asegurarnos que nuestros celulares no se descarguen, para que el proceso no se detenga.

Esa es una buena observación, dijo Lupe. – busquemos que nos traigan un generador y un cargador de celulares que nos permitan mantenerlos activos.

Solo nos resta esperar, propongo que hagamos turnos para descansar y vigilar.

Estoy de acuerdo, añadió Karl, tú y amir vayan a descansar Sara y yo vigilaremos y envíennos desde el laboratorio el generador y el cargador, nosotros con Sara seguiremos trabajando para terminar de descifrar tanta información que tenemos. ¿Les parece?

Todos estuvieron de acuerdo. El grupo se separó

Karl mirando a Sara, – te parece si llamas a tomás y le dices si desea hacer in picnic con nosotros aquí en el piso. Para que cenemos algo antes de seguir.

  • Perfecto, contestó; Sara creo que algo de alimento nos dará fuerzas, la verdad no recuerdo cuando comí algo por última vez.

Tomás trajo una lona y una mesita plástica y cenaron ahí sentados en el piso. Se rieron, se contaron sueños y esperanzas.

Los celulares permanecían alineados frente a la esfera de cristal, trabajando diligentemente para actualizar la máquina. Los miembros del equipo observaron cómo las pantallas de los dispositivos mostraban una serie continua de datos y gráficos que se transferían a la máquina. La esfera de cristal brillaba intermitentemente, como si estuviera absorbiendo y procesando la información.

Lupe, amir, Karl y Sara pasaron las siguientes horas y días en la sala por turnos, observando el progreso y revisando los datos que se iban mostrando en las pantallas. Aprovecharon este tiempo para analizar más a fondo los antiguos constructores y los anun ka, intentando entender mejor el propósito y el funcionamiento de la máquina.

Los tres días pasaron en un ambiente de constante vigilancia y estudio. Durante ese tiempo, el equipo revisó nuevamente los textos antiguos, descifró más símbolos y discutió sobre los posibles efectos y aplicaciones de la máquina. La espera, aunque tensa, también brindó la oportunidad de unirse y colaborar más estrechamente.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, la máquina dio una señal de que la actualización había concluido. La esfera de cristal dejó de parpadear y la palma de la mano de la esfera se ilumino de un color verde intenso, indicando que el proceso de sincronización había terminado.

Karl se acercó a la máquina, observando los nuevos datos y símbolos que ahora estaban visibles en la esfera.

—parece que hemos terminado —dijo Karl—. La máquina está completamente actualizada y lista para su próximo paso.

Sara, también examinando la máquina, asintió.

—sí, la sincronización parece haber funcionado correctamente. Ahora necesitamos analizar qué cambios se han realizado y cómo proceder para activar la máquina de manera segura.

Lupe y amir compartieron una mirada de alivio y satisfacción, conscientes de que habían completado una tarea crucial.

—vamos a revisar los datos finales y preparar todo para la activación —dijo Lupe—. Ahora debemos estar listos para el siguiente paso en nuestra misión.

El equipo se preparó para la siguiente fase, sabiendo que estaban más cerca de resolver el enigma de la máquina y cumplir con su objetivo. La paciencia y el trabajo en equipo habían valido la pena, y ahora estaban listos para enfrentar lo que viniera.

Pasaron varios días mientras el equipo se dedicaba a revisar, calcular y traducir cada símbolo que habían encontrado. La atmósfera estaba cargada de concentración y expectativa. Cada miembro del equipo trabajaba incansablemente, sabiendo que se acercaban al momento decisivo.

Lupe y Sara, cada una por su lado, tuvieron conversaciones con el profesor Karl maser. Ambas habían llegado a conclusiones importantes y sentían la urgencia de compartir sus hallazgos con todo el equipo.

Sara se acercó a Karl primero.

—profesor, necesito hablar con usted. Creo que he descubierto algo crucial —dijo Sara, con un tono de voz firme pero inquieto.

—claro, Sara. ¿de qué se trata? —preguntó Karl.

—es sobre los símbolos y las traducciones. He encontrado algo que podría cambiar nuestra comprensión de la máquina. Creo que deberíamos hacer una reunión final para discutirlo —respondió Sara—. Además, sería importante que Ahmed estuviera presente. Su perspectiva podría ser vital en este punto.

Karl asintió, sabiendo que, si Sara lo decía, debía ser algo significativo.

—de acuerdo, Sara. Organizaremos la reunión.

Poco después, Lupe también se acercó a Karl con una solicitud similar.

—Karl, he estado revisando los cálculos y las traducciones. Hay algo que necesito discutir con todos ustedes. Es fundamental que tomemos una decisión informada sobre la activación de la máquina —explicó Lupe.

—Sara también me ha pedido una reunión. Parece que ambas han encontrado algo importante. Haremos la reunión final —dijo Karl—. Y sí, Ahmed debería estar con nosotros.

Con las solicitudes de Sara y Lupe, Karl organizó una reunión final. El ambiente estaba lleno de anticipación y seriedad. Se encontraban en una sala de conferencias improvisada dentro del complejo, con las paredes llenas de diagramas, símbolos y notas.

Ahmed llegó poco después, su rostro reflejando la misma curiosidad y preocupación que el resto del equipo.

—gracias por venir, Ahmed —dijo Karl—. Lupe y Sara tienen hallazgos importantes que necesitamos discutir antes de tomar cualquier decisión sobre la activación de la máquina.

Sara tomó la palabra primero.

—he estado revisando los símbolos y he descubierto que algunos de ellos no solo indican alineaciones planetarias, sino también puntos críticos de energía. Si activamos la máquina sin asegurarnos de que estos puntos estén alineados correctamente, podríamos provocar un desastre —explicó Sara—. Necesitamos una alineación perfecta para que la máquina funcione como se espera.

Lupe asintió y añadió:

—además, he estado calculando las trayectorias y las configuraciones de los espejos y cristales que dirigirán el rayo electromagnético. Mis cálculos muestran que cualquier pequeño error en la configuración podría desviar el rayo, causando un fallo total en la operación.

Ahmed, escuchando atentamente, intervino.

—entonces, estamos hablando de una precisión extrema. Cualquier error podría ser catastrófico, no solo para nosotros, sino potencialmente para una gran área —dijo Ahmed—. Debemos asegurarnos de que todo esté perfectamente alineado antes de proceder.

Karl asintió, sintiendo el peso de la decisión que tenían por delante.

—entonces, estamos todos de acuerdo en que necesitamos asegurarnos de que todo esté en su lugar antes de activar la máquina. Esta decisión no puede tomarse a la ligera. ¿estamos listos para seguir adelante con estos preparativos?

El equipo asintió en consenso, conscientes de la magnitud de la tarea. La reunión final los había preparado para enfrentar el desafío con una comprensión más clara y un enfoque renovado en la precisión y la coordinación.

Sara, viendo que era el momento adecuado, añadió:

—descifré algo más. La máquina solo se puede utilizar una vez. Después de efectuar el disparo, se autodestruirá. Parece que la propia máquina provee la energía necesaria para el disparo final.

La revelación de Sara dejó a todos en silencio por un momento. La magnitud de lo que estaban a punto de hacer se hizo aún más clara.

—entonces, solo tenemos una oportunidad para hacer esto bien —dijo Karl finalmente—. No podemos permitirnos ningún error.

Lupe complementó, añadiendo otra pieza crucial de información.

—la máquina se puede activar ya, pero no se efectuará el disparo de inmediato. Estará latente, activada, esperando el 21 de diciembre a las 6 pm. En ese momento, realizará el disparo. Debe hacerse exactamente cuando el asteroide comience a salir de su órbita. Con el impulso de júpiter y Saturno, más el impulso de la máquina, el asteroide saldrá rumbo al sol.

El equipo asintió, entendiendo la gravedad de la situación. Se pusieron manos a la obra para asegurar que cada detalle estuviera perfecto antes del disparo final. El cronómetro en la mesa seguía contando regresivamente, y la fecha límite se acercaba cada vez más.

Pasaron varios días mientras el equipo se dedicaba a revisar, calcular y traducir cada símbolo que habían encontrado. La atmósfera estaba cargada de concentración y expectativa. Cada miembro del equipo trabajaba incansablemente, sabiendo que se acercaban al momento decisivo.

Lupe y Sara, cada una por su lado, tuvieron conversaciones con el profesor Karl maser. Ambas habían llegado a conclusiones importantes y sentían la urgencia de compartir sus hallazgos con todo el equipo.

Sara se acercó a Karl primero.

—profesor, necesito hablar con usted. Creo que he descubierto algo crucial —dijo Sara, con un tono de voz firme pero inquieto.

—claro, Sara. ¿de qué se trata? —preguntó Karl.

—es sobre los símbolos y las traducciones. He encontrado algo que podría cambiar nuestra comprensión de la máquina. Creo que deberíamos hacer una reunión final para discutirlo —respondió Sara—. Además, sería importante que Ahmed estuviera presente. Su perspectiva podría ser vital en este punto.

Karl asintió, sabiendo que, si Sara lo decía, debía ser algo significativo.

—de acuerdo, Sara. Organizaremos la reunión.

Poco después, Lupe también se acercó a Karl con una solicitud similar.

—Karl, he estado revisando los cálculos y las traducciones. Hay algo que necesito discutir con todos ustedes. Es fundamental que tomemos una decisión informada sobre la activación de la máquina —explicó Lupe.

—Sara también me ha pedido una reunión. Parece que ambas han encontrado algo importante. Haremos la reunión final —dijo Karl—. Y sí, Ahmed debería estar con nosotros.

Con las solicitudes de Sara y Lupe, Karl organizó una reunión final. El ambiente estaba lleno de anticipación y seriedad. Se encontraban en una sala de conferencias improvisada dentro del complejo, con las paredes llenas de diagramas, símbolos y notas.

Ahmed llegó poco después, su rostro reflejando la misma curiosidad y preocupación que el resto del equipo.

—gracias por venir, Ahmed —dijo Karl—. Lupe y Sara tienen hallazgos importantes que necesitamos discutir antes de tomar cualquier decisión sobre la activación de la máquina.

Sara tomó la palabra primero.

—he estado revisando los símbolos y he descubierto que algunos de ellos no solo indican alineaciones planetarias, sino también puntos críticos de energía. Si activamos la máquina sin asegurarnos de que estos puntos estén alineados correctamente, podríamos provocar un desastre —explicó Sara—. Necesitamos una alineación perfecta para que la máquina funcione como se espera.

Lupe asintió y añadió:

—además, he estado calculando las trayectorias y las configuraciones de los espejos y cristales que dirigirán el rayo electromagnético. Mis cálculos muestran que cualquier pequeño error en la configuración podría desviar el rayo, causando un fallo total en la operación.

Ahmed, escuchando atentamente, intervino.

—entonces, estamos hablando de una precisión extrema. Cualquier error podría ser catastrófico, no solo para nosotros, sino potencialmente para una gran área —dijo Ahmed—. Debemos asegurarnos de que todo esté perfectamente alineado antes de proceder.

El momento de la verdad estaba llegando. La victoria o la derrota contra el tiempo iniciba en ese momento

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