Cuentos de terror 85 El Camino Hacia Paititi

El cazador de almas perdidas – Creepy pasta 85.

El Camino Hacia Paititi.

Tres días habían pasado desde la ceremonia del Disco Lunar. En esos tres días, el equipo de Purga había experimentado un inusual período de calma. La ceremonia en sí, presidida por Vambertoken y el traductor Pizarro, había transcurrido sin ningún contratiempo. Vambertoken, rodeado por los chamanes del Perú, se acercó al disco lunar con una reverencia palpable. Al observar las ubicaciones de las entradas a Paititi, el vampiro anotó cuidadosamente cada detalle antes de devolver el disco a su lugar original, como si todo hubiera sido un simple trámite.

Sin embargo, lo que vino después era mucho más que un trámite. Pizarro, el experto traductor, había pasado días trabajando incansablemente en las antiguas tablillas de los tallos, las cuales contenían los secretos necesarios para superar las pruebas que protegían las entradas a Paititi. Según las palabras de Vambertoken, estas pruebas serían desafiantes y peligrosas, y el equipo de Purga necesitaba estar preparado.

Mientras tanto, algo más extraño ocurría. No había habido ningún encuentro con agentes de Ragnarok o de la Muerte Plata. Esta ausencia de confrontaciones era inusual, lo que llevó a todos a sospechar que se avecinaba una trampa. Y con razón. Drex, Tatiana y el resto del equipo sabían que no podían permitirse bajar la guardia, aunque los días de calma comenzaban a afectar su paciencia.

El Distanciamiento de María y Fabián.

El aire entre María y Fabián se había vuelto denso y lleno de tensión. Desde la última sesión espiritual, la distancia entre ambos se había hecho evidente para todos. Aunque Fabián comenzaba a recuperar el buen semblante en su rostro, gracias a la liberación de la influencia de María, la relación entre ellos había cambiado para siempre. María evitaba cruzarse demasiado con Fabián, manteniéndose ocupada con otros asuntos, pero era evidente que algo dentro de ella había cambiado también.

Drex, observando desde la distancia, se preguntaba si esa ruptura sería suficiente para que ambos sanaran de sus propias heridas. Había hecho lo necesario para proteger a María, pero no podía evitar sentir una carga de culpa al ver la tristeza en los ojos de Fabián cada vez que María estaba cerca. Aunque Fabián había comenzado a recuperar su equilibrio espiritual, el daño emocional estaba hecho.

Mientras tanto, Oscar había tomado un rumbo inesperado. Bajo la tutela del maestro noble Julián, había comenzado a desarrollar una nueva faceta en su vida como vampiro: la fe. Julián, uno de los maestros más poderosos del Vaticano, había comenzado a enseñarle a Oscar el valor de la fe, algo que muchos en su posición habrían considerado imposible. Sin embargo, Oscar estaba cambiando, poco a poco, hacia un vampiro devoto, algo raro en las filas de Oricalco.

La Revelación de las Tablillas y el Tercer Pilar.

Gracias a las traducciones meticulosas de Pizarro, el equipo de Purga se preparaba para su siguiente misión. Las tablillas de los tallos revelaban un plan mayor de lo que cualquiera había imaginado. Para abrir las entradas a Paititi, debían activarse siete pilares a lo largo de toda América Latina. Estos pilares, antiguos mecanismos de poder, habían sido colocados en ubicaciones estratégicas para proteger los secretos de Paititi de cualquier intruso.

El primer pilar ya había sido activado por la Muerte Plata en las pirámides de la Amazonía, un evento que había ocurrido hace algún tiempo y que el equipo de Purga conocía bien. El segundo pilar había sido activado por el propio Vambertoken durante la revisión del mapa lunar. Ahora, su misión era clara: debían dirigirse a las ruinas de Machu Picchu para activar el tercer pilar.

La tensión entre los miembros del equipo de Purga crecía a medida que se preparaban para el viaje. Sabían que no estarían solos. Machu Picchu era un lugar sagrado y poderoso, y estaba casi garantizado que la Muerte Plata habría dispuesto una trampa para ellos.

El Camino a Machu Picchu.

Los preparativos fueron rápidos y eficaces. Auxplex y Tatiana organizaron la seguridad necesaria para proteger el disco lunar, mientras Oscar, bajo la supervisión de Julián, continuaba su camino hacia la fe. Mientras tanto, Drex se mantuvo cerca de Tatiana, ambos listos para cualquier desafío que les esperara en las ruinas.

El equipo de Purga partió hacia Machu Picchu con una sensación de anticipación y peligro inminente. Sabían que las fuerzas de la Muerte Plata estaban observando sus movimientos y que era solo cuestión de tiempo antes de que el conflicto estallara.

El viaje hacia las ruinas fue largo, pero el equipo avanzaba con determinación. A medida que se acercaban a la antigua ciudad inca, el paisaje se volvía cada vez más imponente. Las montañas, cubiertas de niebla y misticismo, parecían ocultar secretos más profundos de lo que cualquier mapa podría revelar.

A medida que se aproximaban a su destino, Drex y Tatiana intercambiaron miradas. Ambos sabían que lo que estaba por ocurrir sería decisivo. Vambertoken los seguía de cerca, su presencia tranquila pero cargada de intenciones ocultas. Pizarro, siempre al lado del vampiro, observaba las ruinas con una mezcla de asombro y preocupación. Sabía que los antiguos secretos que estaba descifrando eran peligrosos, y que cada paso los acercaba más al borde de un abismo.

La Emboscada en Machu Picchu.

Finalmente, el equipo llegó a las ruinas de Machu Picchu. La ciudadela inca, envuelta en nubes bajas, se extendía ante ellos como un espectro del pasado. Pero algo no estaba bien. Desde el momento en que pusieron un pie en el lugar, Drex sintió una energía extraña en el aire. Un peligro inminente.

De repente, desde las sombras de las ruinas, surgieron los primeros disparos. Flechas y dardos envenenados volaron en su dirección, seguidos por el grito de guerra de los agentes de la Muerte Plata. Estaban listos para ellos, y habían estado esperando este momento.

—¡Emboscada! —gritó Drex, sacando su chokuto con rapidez mientras las balas de su 9mm salían disparadas en la dirección de sus atacantes.