Cuentos de terror 91 El Llamado de la Isla del Encanto

El cazador de almas perdidas – Creepy pasta 91.

El Llamado de la Isla de Encanto.

Los movimientos de Vambertoken eran calculados, pero esta vez, su audacia había alcanzado nuevas alturas. La misión de asegurar los pilares restantes lo había obligado a recurrir a estrategias más arriesgadas, y en esta ocasión, decidió poner en marcha un plan que lo diferenciaba de todos sus enemigos. Sabía que estaba en una carrera contrarreloj contra Ragnarok y la Muerte Plata, pero contaba con sus agentes más leales para ejecutar sus órdenes con precisión letal.

El Archiconde Ramírez, desde Colombia, estaba ahora a cargo de la ofensiva contra Ragnarok en San Agustín, mientras que los escuadrones de Purga se dispersaban en diferentes direcciones para asegurar los pilares restantes. Sin embargo, Vambertoken tenía algo especial reservado para sus dos mejores agentes, Drex y Tatiana. Sabía que ellos harían lo que fuera necesario para cumplir con su misión, incluso si eso significaba arriesgarlo todo.

La Orden de Vambertoken.

En un encuentro rápido pero decisivo, Vambertoken reunió a su equipo para distribuir las órdenes.

—Ramírez se encargará de los agentes de Ragnarok en San Agustín —dijo el vampiro con su tono frío y calculador—. Fabián, Óscar y Julián, se dirigirán a Oyatay tambo en busca del sexto pilar. Necesito que ustedes tres operen sin fallos. La Muerte Plata tiene un interés creciente en esa región, y no podemos permitir que tomen la delantera.

Fabián, Óscar y Julián asintieron solemnemente. Sabían que su misión sería peligrosa, pero aceptaron el desafío con la misma lealtad que habían demostrado en cada misión.

Sin embargo, la mayor sorpresa llegó cuando Vambertoken se dirigió a Drex y Tatiana.

—Ustedes, mis dos mejores agentes —dijo con una sonrisa casi depredadora—, serán enviados a la Isla de Encanto.

Tatiana frunció el ceño, reconociendo de inmediato la gravedad de la situación. La Isla de Encanto era un lugar misterioso, un sitio rodeado de leyendas oscuras y rituales antiguos. Durante gran parte del año, la isla permanecía sumergida bajo las aguas del océano Pacífico, pero por un corto período de tres meses, las aguas retrocedían y la isla emergía. Se decía que, durante ese tiempo, un grupo de sectarios se reunía para llevar a cabo rituales destinados a despertar a un antiguo demonio que dormía en las profundidades de la isla.

Vambertoken continuó explicando su plan.

—El pilar que buscamos está en esa isla —dijo—, pero no será sencillo. Los ritualistas que habitan allí utilizan el pilar para sacrificar cien almas humanas al demonio. Deben recuperar el pilar antes de que puedan completar el ritual.

Tatiana sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar las palabras de Vambertoken. Sabía que esta misión implicaba mucho más que solo enfrentarse a enemigos humanos o sobrenaturales. Habría que enfrentarse a fuerzas demoníacas, y el peligro que conllevaba era inmenso.

—Entendido —respondió Drex con firmeza, mientras Tatiana asintió, aunque su mente seguía procesando las implicaciones de la misión.

La Preparación y las Pociones de Daniel.

Antes de partir, Tatiana recibió un paquete que contenía las pociones que Drex había solicitado a Daniel. Había dos pociones para escupir fuego de dragón, otras dos para permitir que Drex se transformara dos veces en un mismo día, y la nueva poción para aumentar su audición licántropa en 40 veces. Además de eso, Daniel había advertido sobre las pociones de extensión de vida, recordando que solo tendrían efectos completos en licántropos.

Tatiana entregó el paquete a Drex, quien lo aceptó con gratitud.

—Esto debería ayudarnos en la isla —dijo Drex mientras revisaba las pociones—. Daniel siempre ha sido eficiente.

Tatiana, aunque agradecida por la ayuda, no pudo evitar sentirse intranquila. Sabía que esta misión sería diferente a las anteriores, no solo por los ritualistas y el demonio, sino también porque Drex tenía algo más en mente.

Drex, al notar la preocupación de Tatiana, se acercó a ella con una mirada seria.

—Tatiana —dijo en voz baja—, hay algo más que debemos llevar.

Tatiana lo miró, esperando que continuara.

—El tótem de Alexia —añadió Drex—. Creo que esta es nuestra oportunidad de utilizarlo. No necesitamos cazar cincuenta corazones humanos si lo usamos en un ritual como este. Podría ser lo que necesito para aumentar mi poder sin tener que hacer algo tan drástico.

Tatiana sintió un nudo en el estómago al escuchar la mención del tótem. Sabía que el tótem de Alexia era extremadamente poderoso, pero también sabía que su activación requería un sacrificio brutal. Había sido ella quien había mantenido el tótem a salvo, temiendo que Drex cayera en la tentación de usarlo sin pensarlo.

—No sé, Drex… —dijo Tatiana, visiblemente nerviosa—. El precio por usar el tótem es muy alto. ¿Estás seguro de que es lo que necesitamos?

Drex asintió con determinación.

—Lo sé, pero esta misión es diferente. Si no obtenemos el pilar, las consecuencias serán catastróficas. Necesito todo el poder que pueda obtener, y este podría ser el momento perfecto para usar el tótem sin tener que cazar. No quiero ponerte en peligro… ni poner en peligro lo que tenemos.

Tatiana sabía que Drex tenía razón, pero aceptar la idea de usar el tótem la hacía sentir incómoda. A regañadientes, finalmente asintió.