Que tenemos para ti

Lee GRATIS

El cazador de almas perdidas – CREEPY PASTA 214. Cuentos de Hombres Lobos

El Legado de Olfuma.

La sede de operaciones de la Purga estaba más silenciosa de lo habitual esa mañana. Todos los presentes se movían con la misma precisión que de costumbre, pero había una sensación en el aire que sugería que algo diferente estaba a punto de suceder. María, bajo la voluntad de Asha, caminaba junto a su maestra por los pasillos, mientras el resto del equipo —Fabián, Drex, Tatiana, Julián, Tiranus, Oscar, Diana y Lía— se reunía en la sala de planificación.

Hoy no era un día para el combate ni la estrategia, sino algo mucho más oscuro.

Asha, con la elegancia y la frialdad que la caracterizaban, llevaba de la mano a Olfuma, su obra maestra. Ya no había rastros de la Fabiola que alguna vez había sido, ni del dolor que Asha había infligido con tanto deleite. Olfuma caminaba con la mirada vacía, dócil y completamente sumisa, esperando instrucciones, su mente tan en blanco como las ropas que Asha y María habían escogido para ella ese día.

—”Hoy es un día especial, mi querida Olfuma,” —susurró Asha, acariciando el cabello de su creación mientras decidían el estilo que mejor reflejaba su nueva vida—. “Ya no eres esa criatura débil que cargaba con tanto dolor. Eres algo más… mucho más.”

María, atenta a cada palabra de su maestra, asintió. Aunque sabía que había sido parte de la creación de Olfuma, aún le resultaba perturbador ver cuán profundamente Asha había transformado a lo que una vez fue la temible Bruja Roja. Pero bajo la voluntad de Asha, su conflicto interior permanecía silenciado.

Olfuma, por su parte, simplemente aceptaba todo lo que le decían. No entendía quién era esa “Fabiola” de la que todos hablaban, ni por qué parecía ser el centro de tanta atención. Solo sabía que debía quedarse quieta y responder cuando se lo pedían. Aunque había un miedo latente en su corazón, algo que no podía identificar, era una sombra tan débil que apenas lo sentía. Asha y María estaban allí para guiarla, y eso era todo lo que importaba.

Cuando llegaron al centro de comunicaciones, Asha realizó una video llamada especial. Al otro lado de la línea, apareció la figura imponente de Adkaj Latshiktor, el padre de Asha. Su rostro serio y solemne no ocultaba el peso de siglos de venganza y sangre, pero incluso en su frialdad, había un brillo de orgullo al ver a su hija y su obra.

—”Padre,” —comenzó Asha con una reverencia sutil, su voz cargada de respeto—, “hoy te presento a Olfuma, el legado de nuestra familia y la conclusión de un capítulo oscuro. Fabiola ya no existe. Lo que ves ante ti es el cascarón que ha sobrevivido a la tormenta.”

Adkaj observó a Olfuma con detenimiento, su mirada profunda y penetrante. A lo largo de los siglos, había sido testigo de muchas atrocidades y horrores, pero lo que su hija había logrado con Olfuma era distinto. Asha no solo había destruido a Fabiola; había reconstruido su mente, transformándola en algo completamente nuevo, algo aún más oscuro.

—”Has restaurado el honor de nuestra familia,” —dijo Adkaj, su voz grave resonando en la sala—. “Olfum Latshiktor ha sido vengado, y Fabiola la Bruja Roja ya no es más que un recuerdo vacío.” Su mirada se suavizó ligeramente al ver la obra maestra de su hija—. “Asha, siempre has sido mi favorita, y aunque tu camino ha sido más oscuro de lo que jamás imaginé, veo que has encontrado a un compañero digno. Seraph Vambertoken Latshiktor es el hombre perfecto para ti.”

Asha sonrió suavemente ante las palabras de su padre. Seraph, a su lado, permanecía imperturbable, como una estatua. Sabía que todo esto era parte de los planes de su esposa, y aunque no aprobaba del todo las emociones extremas de Asha, siempre la había apoyado en su manera de lograr sus objetivos. Sabía que la mente de Olfuma, ahora completamente vacía y dócil, era la herramienta perfecta que Asha deseaba.

Olfuma, mientras tanto, se mantenía quieta, como se le había enseñado. No entendía la conversación que se desarrollaba a su alrededor, pero sabía que su lugar era estar allí, callada y obediente. Sentía que todos los ojos estaban sobre ella, pero esos ojos ya no le producían miedo. No sabía quién era Fabiola, no sabía qué había sido antes, pero ahora era Olfuma, y haría lo que se esperaba de ella.

—”Olfuma,” —dijo Asha, con una voz suave y casi cariñosa—, “esto es un nuevo comienzo para ti. Y bajo mi guía, serás todo lo que debes ser. Un legado que nuestra familia llevará por generaciones.”

Olfuma asintió, aún sin comprender del todo lo que significaba todo aquello, pero con la certeza de que estaba en manos de su maestra. Sabía que lo único que debía hacer era seguir sus instrucciones, y todo estaría bien.

Adkaj, satisfecho, terminó la conversación con una última mirada a su hija. —”Que el legado de nuestra familia perdure en la oscuridad, y que tu obra maestra sea recordada, Asha. Has hecho bien.”

Cuando la video llamada finalizó, Asha se giró hacia Olfuma y la acarició en el rostro. —”Te dije que todo saldría bien, querida. Ahora eres lo que siempre debiste ser.”

Olfuma, completamente sumisa, sonrió débilmente. Su mente ya no albergaba preguntas, ni miedos. Lo único que quedaba era una obediencia ciega y un futuro incierto bajo las órdenes de su creadora. Sería el legado perfecto.

Seraph, imperturbable, observó en silencio. Sabía que Asha había cumplido con lo que se esperaba de ella, pero también sabía que este era solo el comienzo de algo aún más grande.

El capítulo de Olfuma Latshiktor y Fabiola la Bruja Roja había llegado a su fin. Olfuma era ahora la creación perfecta de Asha, y estaba lista para lo que viniera.

Vambertoken, con su mirada imperturbable, contemplaba a Olfuma, quien ahora estaba completamente transformada en la herramienta perfecta. Después de observar su comportamiento sumiso y su obediencia total, el Archiconde habló con calma.

—”Tatiana,” —dijo, sin necesidad de florituras. “¿Sigues considerando a Olfuma un riesgo para el equipo?”

Tatiana, quien llevaba observando el comportamiento de Olfuma desde la transformación, sabía que ya no había nada que temer. No quedaba ni un vestigio de Fabiola, la Bruja Roja.

—”No lo es,” —respondió Tatiana. “Olfuma es completamente leal y vacía de cualquier memoria o rastro de inestabilidad. Está lista para cumplir cualquier misión.”

Vambertoken, satisfecho, asintió ligeramente. Su plan avanzaba con precisión. —”Entonces, ahora está bajo tu mando. Úsala donde la consideres más efectiva.”

Tatiana aceptó el mando, pero con la misma frialdad táctica que la caracterizaba, ya tenía claro dónde debía estar Olfuma para evitar complicaciones. A pesar de que Olfuma estaba completamente controlada, el hecho de que algunos de los convertidos del Vaticano pudieran reconocerla como la Bruja Roja aún representaba un riesgo innecesario.

—”La pondré bajo el mando de Raúl,” —decidió Tatiana. “Su equipo no está compuesto mayormente por vampiros, y es más seguro para ella. Además, sus habilidades anti-sangre pueden ser mejor aprovechadas bajo la dirección de Raúl, Tiranus, y Diana.”

Vambertoken no expresó oposición, solo asintió. Sabía que Tatiana había hecho la evaluación correcta, confiaba en su juicio táctico.

Olfuma, por su parte, no mostró ninguna reacción. Ya no quedaba ni un rastro de la vieja Fabiola. Ya no tenía pesadillas, ni miedo de Drex, ni del resto del equipo. Era solo una herramienta que respiraba y respondía cuando se le pedía.

Tatiana, antes de retirarse, sintió la fría mirada de Asha sobre ella. La archicondesa, con una sonrisa torcida, añadió:

—”Querida Tatiana, parece que has tomado una buena decisión. Estoy segura de que Olfuma será mucho más útil así. Y recuerda, mi Seraph espera siempre los mejores resultados.”

Tatiana asintió sin decir nada más, consciente de la responsabilidad que cargaba sobre sus hombros. Sabía que el éxito de su equipo dependía de cada decisión que tomara.

Mientras Vambertoken observaba a su Kadupul, su satisfacción era evidente. Asha le había dado la herramienta perfecta, justo como él sabía que lo haría. Con Olfuma ahora lista, los planes de la Purga podrían avanzar con una nueva arma en el arsenal. Era el cierre de un capítulo oscuro, pero efectivo, en la historia de Fabiola la Bruja Roja.

Tatiana llevó a Olfuma hacia el equipo de Raúl, donde ella comenzó a conocer a sus nuevos compañeros. El miedo que antes sentía hacia Drex había desaparecido, y aunque la vacuidad en su ser era evidente, buscaba un lugar entre ellos, una nueva identidad. Raúl, Tiranus, y Diana la observaron en silencio, conscientes de que Olfuma ya no era quien fue, sino una nueva entidad, lista para cumplir las órdenes sin titubeos.

El futuro de Olfuma en la Purga estaba sellado, y Vambertoken sabía que, bajo el mando de Tatiana, sería utilizada con precisión y sin fallos.

Gracias por acompañarnos en este viaje al terror. ¡Nos vemos en el próximo episodio!”

Audio Libro GRATIS

¿Te gustaría disfrutar de este contenido en formato de AUDIO LIBRO GRATIS? Aprovecha!!

Volver a la Lista de Cuentos

Recuerda que siempre puedes volver a consultar nuestros libros en formato de AUDIO LIBRO GRATIS en nuestro canal de Youtube. NO OLVIDES SUSCRIBIRTE

Síguenos en las Redes

Descarga nuestra App

Disfruta GRATIS de los mejores libros para Leer o Escuchar sobre Esoterismo, Magia, Ocultismo.

Disfruta GRATIS de los mejores libros para Leer o Escuchar para los pequeños grandes del mañana.

Disfruta de la historia de Terror más oscura y MARAVILLOSA que está cautivando al mundo.

Retira en Nequi, Daviplata, Tarjetas Netflix, Bitcoin, Tarjeta Visa Prepagada, ETC.