Creepypasta 257 Las Consecuencias del Ritual

El cazador de almas perdidas – Creepypasta 257:

Las Consecuencias del Ritual.

El ritual había llegado a su fin, y Drex y Tatiana, con los últimos bocados del corazón compartidos, se miraron con una conexión que no necesitaba palabras. A medida que las manchas de sangre recorrían el vestido de Tatiana, bajando por sus piernas, Drex no pudo evitar mirarla con un deseo renovado.

Para ellos, esto ya era algo normal, casi natural. Pero para los que observaban, como María y Fabián, la escena era impactante. Tatiana se acercó a su hermana con una sonrisa en el rostro, sin percatarse de la incomodidad que María intentaba ocultar. —María, ¿estás bien? —preguntó, con una expresión de calma.

María apretó los labios antes de responder, su mirada fija en las manos ensangrentadas de su hermana y en la forma en que ella y Drex compartían los restos del corazón como si fuera algo trivial. —Tatiana… ¿de verdad esto se siente normal para ti? —Su voz tembló un poco, pero se mantuvo firme—. Verte así… bañada en sangre, compartiendo los restos del corazón… no debería ser tan fácil de aceptar.

Tatiana frunció el ceño un poco, sin comprender del todo la preocupación de su hermana. —Es parte de la manada, María. Es… nuestra forma de mostrar nuestro vínculo.

—Pero tú no eres licántropo, Tatiana. —María se cruzó de brazos, su mirada llena de angustia—. Estás cambiando, y no sé si puedo aceptar lo que veo. Esto…

—señaló las manchas de sangre en las piernas de su hermana—. Esto no es normal. —Hizo una pausa y bajó la voz—.

Te estás transformando más en ellos de lo que te das cuenta. Tatiana se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de María. —Sé que parece extraño desde afuera, pero la manada me ha aceptado, y yo acepto esto porque me siento en paz con ellos, y con Drex.

María apartó la mirada, tratando de contener la angustia que la invadía. —Tal vez, pero no puedo evitar preocuparme. ¿Estás segura de que esto es lo que quieres? Porque lo que veo es a alguien que se está perdiendo a sí misma.

Fabián, al ver que la conversación subía de tono, se acercó a María y le dio un apretón suave en el hombro. —María, déjala. —Su voz era calmada, pero también mostraba cierta preocupación—. Es su elección.

Tatiana le sonrió a Fabián antes de responder. —Estoy más segura que nunca, hermana. Lo que soy ahora es lo que quiero ser. —Aunque había algo de tensión en su voz, se mantuvo firme. Drex, notando la incomodidad de Fabián y María, se dirigió a cada miembro de la manada, agradeciéndoles por acompañarlos.

—Gracias, Tiranus, por guiar este ritual y permitirnos sellar nuestra unión. Diana, Olfuma, siempre agradecidos por su papel en la ceremonia. —Los saludó a cada uno con respeto y gratitud, despidiéndose con abrazos firmes y agradecimientos personales. Tatiana, a su lado, también se despidió de uno por uno, mostrando el mismo respeto. —Gracias a todos por compartir este momento con nosotros.

Nos vemos mañana en La Purga. Cuando finalmente quedaron solos con María y Fabián, Tatiana intentó suavizar el ambiente. —Sé que fue intenso, pero agradezco que estén aquí para nosotros.

María, aún con la inquietud reflejada en su mirada, asintió, pero no pudo evitar comentar.

—Solo… por favor, prométeme que nunca olvidarás quién eras antes de todo esto. —La preocupación en sus palabras era palpable—. Porque ahora parece que te estás alejando cada vez más de lo que conocía.