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El Dios Terminus.

El Dios de los límites y las fronteras.

 

El Dios Terminus. Presentación del dios.

En el vasto panteón de la mitología romana, hay un dios que ha sido olvidado por el tiempo, pero cuya importancia es aún palpable en la tierra que una vez protegió. Se llama Terminus, el dios de los límites y las fronteras, y su historia es una de las más fascinantes de la antigüedad.

Terminus nació de la unión de la tierra y el cielo, en un momento en que el mundo estaba en constante cambio. Los dioses habían creado el universo, pero aún no habían establecido los límites que separarían las tierras y los pueblos. Fue entonces cuando Terminus surgió, con la misión de marcar los confines de la tierra y mantener el orden en el mundo.

Con su presencia, Terminus trajo la estabilidad y la seguridad a los pueblos que habitaban la tierra. Los agricultores sabían que sus campos estaban protegidos por el dios de los límites, y que sus cosechas serían seguras. Los viajeros sabían que Terminus velaba por ellos, guiándolos a través de los caminos y los senderos que cruzaban la tierra.

Pero Terminus no era solo un dios de la protección, también era un dios de la justicia. Castigaba a aquellos que traspasaban los límites establecidos, y recompensaba a aquellos que respetaban las fronteras. Su poder era temido y respetado por todos, y su nombre se convirtió en sinónimo de autoridad y sabiduría.

 

Contexto mitológico.

En el mundo de la mitología romana, Terminus no estaba solo en su misión de proteger los límites y las fronteras. Había otros dioses y criaturas que compartían su tarea, y que trabajaban juntos para mantener el orden en el universo.

Uno de los dioses más cercanos a Terminus era Jupiter, el rey de los dioses. Júpiter era el dios del cielo y el trueno, y su poder era tan grande que podía controlar los elementos mismos. Terminus y Jupiter trabajaban juntos para mantener la estabilidad en el mundo, y su relación era de mutuo respeto y admiración.

Otro dios importante en el contexto mitológico de Terminus era Mars, el dios de la guerra. Mars era un dios brutal y sangriento, que se deleitaba en la destrucción y el caos. Terminus y Mars eran como polos opuestos, ya que mientras Terminus buscaba mantener la paz y la seguridad, Mars buscaba la guerra y la conquista.

Pero no solo los dioses eran relevantes en el contexto mitológico de Terminus. También había criaturas mitológicas que desempeñaban un papel importante en su historia. Los faunos, por ejemplo, eran criaturas mitad hombre y mitad cabra que habitaban en los bosques y las montañas. Eran conocidos por su amor a la naturaleza y su desprecio por la civilización, y a menudo se encontraban en conflicto con Terminus y su misión de proteger los límites.

Los lémures, por otro lado, eran criaturas mitológicas que habitaban en las sombras y los rincones oscuros del mundo. Eran conocidos por su maldad y su astucia, y a menudo se encontraban en conflicto con Terminus y su misión de mantener el orden en el mundo.

En este contexto mitológico, Terminus se movía con cuidado y sabiduría. Sabía que su misión era importante, y que debía trabajar con otros dioses y criaturas para mantener la estabilidad en el mundo. Pero también sabía que había peligros y desafíos en cada esquina, y que debía estar siempre alerta para proteger los límites y las fronteras que le habían sido confiados.

 

Nacimiento.

En el principio de los tiempos, cuando los dioses aún estaban creando el mundo, Terminus nació de la unión de la tierra y el cielo. Su madre fue Tellus, la diosa de la tierra, y su padre fue Caelus, el dios del cielo. El nacimiento de Terminus fue un evento especial, ya que marcó el comienzo de una nueva era en la historia del mundo.

Según la leyenda, Tellus y Caelus se unieron en un abrazo apasionado, y de su unión nació Terminus. El dios recién nacido fue recibido con alegría por los otros dioses, quienes reconocieron en él un espíritu fuerte y valiente.

 

Pero el nacimiento de Terminus no estuvo exento de peligros. Los titanes, enemigos de los dioses, intentaron matar al dios recién nacido, ya que sabían que su llegada al mundo significaba el comienzo del fin de su poder. Sin embargo, Tellus y Caelus protegieron a su hijo, y lo escondieron en un lugar seguro hasta que estuvo listo para enfrentar el mundo.

Cuando Terminus creció, se convirtió en un dios fuerte y poderoso, con la capacidad de controlar los límites y las fronteras. Su nacimiento había marcado el comienzo de una nueva era en la historia del mundo, y su presencia sería sentida por todos los dioses y mortales.

La llegada de Terminus al mundo también trajo consigo un cambio en la naturaleza. Los ríos comenzaron a fluir con más fuerza, las montañas se elevaron hacia el cielo, y los árboles crecieron con más vigor. El mundo estaba cambiando, y Terminus era el dios que lo estaba guiando hacia un nuevo futuro.

 

Infancia y primeros años.

La infancia de Terminus estuvo marcada por eventos importantes que prefiguraron su destino como dios de los límites y las fronteras. Desde pequeño, Terminus mostró una conexión especial con la tierra y los elementos naturales. Pasaba horas explorando los bosques y los campos, y se sentía atraído por los lugares donde la tierra se encontraba con el cielo.

Según la leyenda, cuando Terminus tenía solo unos pocos años, se encontró con un grupo de faunos que estaban siendo perseguidos por un grupo de cazadores. Sin pensarlo, Terminus se puso delante de los faunos y les protegió, utilizando su pequeño cuerpo para bloquear el camino de los cazadores. Los faunos, agradecidos, le regalaron a Terminus un cayado mágico que le permitiría comunicarse con los espíritus de la naturaleza.

A medida que crecía, Terminus comenzó a mostrar señales de sus poderes. Podía hacer que las plantas crecieran con solo tocarlas, y podía calmar las tormentas con solo levantar su mano. Su madre, Tellus, reconoció en él un espíritu fuerte y valiente, y comenzó a enseñarle los secretos de la tierra y los elementos naturales.

Terminus también mostró una habilidad especial para resolver conflictos y mantener la paz. Cuando dos grupos de dioses se pelearon por un territorio, Terminus se puso en medio y les ayudó a encontrar una solución pacífica. Su padre, Caelus, se sintió orgulloso de su hijo y le dijo que estaba destinado a ser un gran dios, capaz de mantener el equilibrio en el mundo.

Así, la infancia y los primeros años de Terminus estuvieron marcados por eventos importantes que prefiguraron su destino como dios de los límites y las fronteras. Mostró una conexión especial con la tierra y los elementos naturales, y demostró una habilidad especial para resolver conflictos y mantener la paz. Estaba claro que Terminus estaba destinado a ser un dios importante en el panteón romano.

 

Descubrimiento de poderes.

Terminus siempre había sentido que había algo especial dentro de él, algo que lo hacía diferente a los demás dioses. Pero no fue hasta que cumplió cien años, una edad temprana para un dios, que descubrió el verdadero alcance de sus poderes.

Estaba en un bosque sagrado, rodeado de árboles antiguos y misteriosos, cuando sintió una energía extraña fluir a través de su cuerpo. De repente, las plantas y los árboles comenzaron a crecer y cambiar ante sus ojos, respondiendo a su presencia de una manera que nunca había visto antes.

Terminus estaba asombrado y emocionado por este descubrimiento. Comenzó a experimentar con sus poderes, aprendiendo a controlar la crecida de las plantas y a cambiar la forma de la tierra. Pero también enfrentó desafíos, ya que su falta de experiencia lo llevó a cometer errores y a causar daños involuntarios.

Una vez, intentó crear un jardín en un terreno árido, pero su energía se descontroló y creó un bosque denso que ahogó a las plantas nativas. Otra vez, intentó cambiar la forma de una montaña, pero su poder fue demasiado fuerte y creó un terremoto que asustó a los dioses y mortales que vivían en la zona.

A pesar de estos desafíos, Terminus perseveró y continuó practicando y aprendiendo a controlar sus poderes. Su madre, Tellus, y su padre, Caelus, lo guiaron y lo apoyaron en su camino, enseñándole a usar sus habilidades para mantener el equilibrio en el mundo.

Con el tiempo, Terminus se convirtió en un dios poderoso y respetado, conocido por su habilidad para controlar la naturaleza y mantener los límites y las fronteras. Pero nunca olvidó las lecciones que aprendió en su juventud, y siempre recordó la importancia de la práctica y la moderación en el uso de sus poderes.

Entrenamiento y crecimiento del dios.

 

Con el tiempo, Terminus se dio cuenta de que necesitaba perfeccionar sus habilidades para cumplir con su destino como dios de los límites y las fronteras. Así que buscó la guía de los dioses más sabios y experimentados del panteón romano.

Su primer maestro fue el dios Saturno, quien le enseñó el arte de la agricultura y la importancia de la rotación de las estaciones. Terminus aprendió a controlar el crecimiento de las plantas y a predecir los cambios en el clima, lo que le permitió mantener el equilibrio en la naturaleza.

Luego, se entrenó con el dios Marte, quien le enseñó el arte de la guerra y la importancia de la estrategia y la táctica. Terminus aprendió a defender los límites y las fronteras de los ataques de los enemigos, y a usar su poder para proteger a los inocentes.

Pero su maestro más importante fue la diosa Minerva, quien le enseñó el arte de la sabiduría y la importancia de la reflexión y la meditación. Terminus aprendió a controlar su mente y a enfocar su energía, lo que le permitió perfeccionar sus habilidades y alcanzar un nivel de poder y sabiduría que nunca había imaginado.

Con el tiempo, Terminus se convirtió en un dios poderoso y respetado, conocido por su habilidad para controlar la naturaleza y mantener los límites y las fronteras. Pero nunca olvidó las lecciones que aprendió de sus maestros, y siempre recordó la importancia de la práctica y la moderación en el uso de sus poderes.

Su entrenamiento y crecimiento también lo llevaron a descubrir nuevos aspectos de su personalidad y de su papel en el mundo. Aprendió a ser más paciente y reflexivo, y a considerar las consecuencias de sus acciones antes de actuar. Y también descubrió que su verdadero poder no residía en su habilidad para controlar la naturaleza, sino en su capacidad para mantener el equilibrio y la armonía en el mundo.

 

Grandes hazañas.

Terminus, el dios de los límites y las fronteras, había alcanzado la cima de su poder y sabiduría. Pero su verdadera prueba llegó cuando los titanes, enemigos de los dioses, decidieron lanzar un ataque contra el mundo de los mortales.

Terminus se puso al frente de la defensa, utilizando su poder para crear barreras y fortificaciones que protegieran a los inocentes. Luchó valientemente en la batalla, enfrentándose a los titanes más poderosos y derrotándolos con su habilidad y estrategia.

Pero su mayor hazaña llegó cuando rescató a la diosa Flora, quien había sido secuestrada por los titanes y llevada a su fortaleza en el inframundo. Terminus se infiltró en la fortaleza, evitando trampas y enemigos, y finalmente enfrentó al líder de los titanes, el temible Tifón.

Con su cayado mágico, Terminus derrotó a Tifón y rescató a Flora, devolviéndola a su hogar en el mundo de los dioses. Su heroísmo y habilidad en la batalla fueron reconocidos por todos los dioses, y su reputación como defensor del mundo se consolidó.

Otra de sus grandes hazañas fue la creación de los ríos y los mares, que separan las tierras y las naciones. Con su poder, Terminus creó las corrientes de agua que dan vida y sustento a los mortales, y estableció los límites entre las tierras y los pueblos.

Y finalmente, su mayor logro fue la creación de las estrellas y las constelaciones, que guían a los navegantes y los viajeros en la noche. Con su cayado mágico, Terminus creó las luces en el cielo que iluminan el camino y marcan los límites entre los mundos.

 

Interacciones con otros dioses y mortales.

Terminus, el dios de los límites y las fronteras, no era un dios solitario. A menudo interactuaba con otros dioses y mortales, mostrando su carácter y relaciones.

Una de sus amistades más cercanas era con el dios Mercurio, el mensajero de los dioses. Juntos, exploraban los rincones más recónditos del mundo, compartiendo historias y secretos. Terminus admiraba la velocidad y la astucia de Mercurio, y Mercurio respetaba la sabiduría y la paciencia de Terminus.

También tenía una relación especial con la diosa Pomona, la diosa de los frutos y los jardines. Juntos, creaban jardines y huertos en los límites del mundo, donde las plantas y los árboles crecían en armonía. Pomona admiraba la habilidad de Terminus para crear límites y fronteras, y Terminus apreciaba la pasión de Pomona por la naturaleza.

Pero no todas sus interacciones eran amistosas. Terminus también tenía rivalidades con otros dioses, como el dios Marte, el dios de la guerra. Marte despreciaba la paciencia y la sabiduría de Terminus, y Terminus desaprobaba la violencia y la destrucción de Marte.

Con los mortales, Terminus era conocido por su justicia y su compasión. A menudo ayudaba a los viajeros y los peregrinos que se perdían en los límites del mundo, guiándolos hacia su destino. También protegía a los agricultores y los pastores que trabajaban en las fronteras, asegurándose de que sus cultivos y rebaños estuvieran seguros.

Una de sus historias más famosas era la de un joven pastor que se había perdido en el desierto. Terminus se apareció ante él, guiándolo hacia un oasis escondido donde podía encontrar agua y refugio. El pastor, agradecido, le ofreció a Terminus una ofrenda de leche y miel, que el dios aceptó con una sonrisa.

 

Enemigos y rivales.

Terminus, el dios de los límites y las fronteras, no estaba exento de enemigos y rivales. Uno de sus principales adversarios era el dios Marte, el dios de la guerra. Marte despreciaba la paciencia y la sabiduría de Terminus, y Terminus desaprobaba la violencia y la destrucción de Marte.

Su rivalidad se remontaba a la época en que Marte intentó expandir sus dominios, invadiendo los territorios vecinos y desafiando las fronteras establecidas por Terminus. El dios de los límites se opuso firmemente a las ambiciones de Marte, y los dos dioses se enfrentaron en una serie de batallas épicas.

Otro de los enemigos de Terminus era el titán Tifón, quien había sido derrotado por el dios en una batalla anterior. Tifón juró venganza contra Terminus y comenzó a conspirar contra él, aliándose con otros enemigos del dios.

Terminus también enfrentó la oposición de los dioses del caos, quienes despreciaban la idea de límites y fronteras. Estos dioses, liderados por el dios Discordia, intentaron destruir las barreras establecidas por Terminus y sumir al mundo en el caos.

Pero el mayor enemigo de Terminus era quizás el dios Crono, el dios del tiempo. Crono veía a Terminus como un obstáculo para su poder, ya que el dios de los límites era capaz de controlar el flujo del tiempo en las fronteras. Crono intentó eliminar a Terminus en varias ocasiones, pero el dios de los límites siempre logró vencerlo.

A pesar de estos enemigos y rivales, Terminus nunca perdió la fe en su misión. Siguió defendiendo las fronteras y los límites, protegiendo al mundo de los peligros que acechaban en la oscuridad. Su valentía y determinación lo convirtieron en un dios legendario, respetado por todos en el panteón romano.

 

Pruebas y tribulaciones.

Terminus, el dios de los límites y las fronteras, enfrentó numerosas pruebas y tribulaciones a lo largo de su existencia. Una de las más significativas fue la pérdida de su amado cayado mágico, que había sido robado por el dios Crono.

Sin su cayado, Terminus se sintió perdido y vulnerable. Su conexión con la tierra y los elementos naturales se debilitó, y su capacidad para controlar los límites y las fronteras se vio afectada.

 

Pero Terminus no se rindió. Empezó a buscar un nuevo cayado, uno que fuera aún más poderoso que el anterior. Su búsqueda lo llevó a través de montañas y valles, bosques y ríos, hasta que finalmente encontró un árbol antiguo y sabio que estaba dispuesto a entregarle su madera para crear un nuevo cayado.

Con su nuevo cayado en mano, Terminus se sintió renovado y fortalecido. Su conexión con la tierra y los elementos naturales se restauró, y su capacidad para controlar los límites y las fronteras se incrementó.

Otra prueba que enfrentó Terminus fue la traición de su amigo y aliado, el dios Mercurio. Mercurio, seducido por la promesa de poder y gloria, se unió a los enemigos de Terminus y lo traicionó en una batalla crucial.

Terminus se sintió devastado por la traición de su amigo, pero no permitió que su dolor y su ira lo consumieran. En su lugar, se enfocó en perdonar a Mercurio y en encontrar una manera de restaurar su amistad.

A través de estas pruebas y tribulaciones, Terminus creció y evolucionó como dios. Aprendió a ser más fuerte y resiliente, a confiar en sí mismo y en su conexión con la tierra y los elementos naturales. Y aprendió a perdonar y a comprender, incluso a aquellos que lo habían traicionado.

Últimos años.

 

El dios Cambiar, el señor de la transformación y el cambio, había reinado durante siglos, su poder y sabiduría inigualables. Pero, como todos los dioses, su tiempo en el trono estaba llegando a su fin.

Las señales de su declive comenzaron a manifestarse de manera sutil. Los cambios que había provocado en el mundo empezaron a revertirse, y la estabilidad que había mantenido durante tanto tiempo comenzó a desmoronarse.

Una profecía antigua, olvidada por muchos, comenzó a circular entre los dioses y los mortales. Decía que cuando el dios Cambiar perdiera su capacidad para transformar, su tiempo en el trono habría llegado a su fin.

Al principio, Cambiar no le dio importancia a la profecía. Creía que su poder era demasiado grande, que su capacidad para transformar era infinita. Pero, a medida que pasaban los años, comenzó a sentir una debilidad creciente en su interior.

Su conexión con la fuente de su poder, la energía de la transformación, comenzó a debilitarse. Sus cambios, que antes habían sido tan fáciles y naturales, ahora requerían un esfuerzo cada vez mayor.

Los demás dioses comenzaron a notar el cambio en Cambiar. Algunos se alegraron de su declive, otros se entristecieron. Pero todos sabían que el fin de Cambiar estaba cerca.

Un día, mientras Cambiar se encontraba en su trono, sintió una sensación de vacío y debilidad que nunca había experimentado antes. Miró a su alrededor y vio que su palacio, que antes había sido un lugar de transformación y cambio, ahora estaba quieto y sin vida.

En ese momento, supo que su tiempo en el trono había llegado a su fin. La profecía se había cumplido, y su capacidad para transformar se había perdido para siempre.

 

Últimos años.

Los últimos años del dios Terminus estuvieron marcados por una serie de eventos que llevaron a su declive. Al principio, fueron solo pequeños cambios, casi imperceptibles. Los límites y fronteras que había establecido comenzaron a debilitarse, y las tierras que había protegido durante tanto tiempo empezaron a sufrir las consecuencias.

Una profecía antigua, olvidada por muchos, comenzó a circular entre los dioses y los mortales. Decía que cuando el dios Terminus perdiera su capacidad para mantener los límites, su tiempo en el trono habría llegado a su fin.

Al principio, Terminus no le dio importancia a la profecía. Creía que su poder era demasiado grande, que su capacidad para mantener los límites era infinita. Pero, a medida que pasaban los años, comenzó a sentir una debilidad creciente en su interior.

Su conexión con la tierra y los elementos naturales comenzó a debilitarse. Los ríos que había creado comenzaron a secarse, y las montañas que había establecido comenzaron a erosionarse.

 

Los demás dioses comenzaron a notar el cambio en Terminus. Algunos se alegraron de su declive, otros se entristecieron. Pero todos sabían que el fin de Terminus estaba cerca.

Un día, mientras Terminus se encontraba en su trono, sintió una sensación de vacío y debilidad que nunca había experimentado antes. Miró a su alrededor y vio que su palacio, que antes había sido un lugar de poder y sabiduría, ahora estaba quieto y sin vida.

En ese momento, supo que su tiempo en el trono había llegado a su fin. La profecía se había cumplido, y su capacidad para mantener los límites se había perdido para siempre.

Los límites y fronteras que había establecido comenzaron a desaparecer, y las tierras que había protegido durante tanto tiempo se sumieron en el caos. El mundo que había conocido durante tanto tiempo comenzó a cambiar, y Terminus se dio cuenta de que su legado estaba en peligro.

 

Muerte.

La muerte del dios Terminus fue un evento que sacudió el mundo mitológico. Su poder y sabiduría habían mantenido el equilibrio en el mundo durante siglos, y su desaparición dejó un vacío que nadie podía llenar.

Los dioses y diosas del panteón romano se reunieron para rendir homenaje al dios fallecido. Júpiter, el rey de los dioses, pronunció un discurso emotivo en el que destacó la importancia de Terminus en la creación y mantenimiento del mundo.

“Terminus fue más que un dios”, dijo Júpiter. “Fue un guardián, un protector, un creador. Sin él, el mundo no sería el mismo”.

La diosa Pomona, que había sido amiga y aliada de Terminus, se mostró especialmente afectada por su muerte. Lloró amargamente y se retiró a su jardín, donde se quedó sola durante muchos días.

Los mortales también sintieron el impacto de la muerte de Terminus. Los límites y fronteras que había establecido comenzaron a desaparecer, y las tierras que había protegido durante tanto tiempo se sumieron en el caos.

 

El mundo entró en un período de gran inestabilidad, y muchos temieron que la muerte de Terminus fuera el comienzo del fin.

Pero, incluso en la muerte, Terminus dejó un legado. Su espíritu se convirtió en parte de la tierra, y su poder se transmitió a los dioses y diosas que lo sucedieron.

Y así, aunque Terminus ya no estaba, su influencia siguió siendo sentir en el mundo mitológico. Su muerte había cambiado el curso de la historia, pero su legado viviría para siempre.

 

Impacto y legado.

La vida y acciones del dios Terminus han dejado un impacto indeleble en la mitología y en los mortales. Su papel como guardián de los límites y fronteras ha inspirado a generaciones de dioses y mortales a respetar y honrar los límites que él estableció.

En su honor, surgieron leyendas y cultos que celebraban su sabiduría y poder. Los romanos lo veneraban como un dios de la protección y la seguridad, y lo invocaban en momentos de crisis y peligro.

Una de las leyendas más famosas sobre Terminus cuenta que, después de su muerte, su espíritu se convirtió en parte de la tierra, y su poder se transmitió a los dioses y diosas que lo sucedieron. Se dice que, en momentos de gran necesidad, Terminus puede ser invocado para proteger y defender a aquellos que lo necesitan.

Otra leyenda cuenta que, en ciertas noches de luna llena, se puede ver la sombra de Terminus patrullando los límites y fronteras que él estableció, asegurándose de que nadie los traspase.

Los cultos que surgieron en su honor eran conocidos por su devoción y dedicación. Los sacerdotes de Terminus eran guardianes de los límites y fronteras, y se encargaban de mantener el equilibrio y la armonía en el mundo.

La influencia de Terminus también se puede ver en la arquitectura y el arte de la antigua Roma. Muchos templos y monumentos fueron construidos en su honor, y su imagen se puede ver en muchas obras de arte de la época.

 

En resumen, la vida y acciones del dios Terminus han dejado un legado duradero en la mitología y en los mortales. Su influencia se puede ver en la forma en que los dioses y mortales respetan y honran los límites y fronteras, y en la forma en que su espíritu sigue siendo invocado en momentos de necesidad.

 

Reflexión final.

La historia del dios Terminus es un recordatorio de la importancia de los límites y fronteras en nuestra vida. Su papel como guardián de los límites nos enseña que, sin ellos, el caos y la destrucción pueden prevalecer.

Pero la historia de Terminus también nos enseña que los límites y fronteras no son solo físicos, sino también emocionales y espirituales. Nos enseña que debemos respetar y honrar nuestros propios límites, y los de los demás, para mantener el equilibrio y la armonía en nuestras vidas.

En el contexto más amplio de la mitología, la historia de Terminus nos muestra la importancia de la protección y la seguridad en la creación y mantenimiento del mundo. Nos enseña que, sin dioses como Terminus, el mundo sería un lugar muy diferente, y probablemente mucho más peligroso.

Así que, en conclusión, la historia del dios Terminus es un recordatorio importante de la importancia de los límites y fronteras en nuestra vida, y de la necesidad de respetar y honrarlos para mantener el equilibrio y la armonía en el mundo.

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