Que tenemos para ti

Lee GRATIS

El cazador de almas perdidas – Creepypasta 285.

El Hambre Saciada.

A medida que el eco de sus gritos y jadeos se desvanecía en el bosque, Drex y Tatiana permanecían juntos, aún envueltos en el calor de sus cuerpos entrelazados. Pero, lentamente, el frenesí que los había consumido se fue calmando. Cada embestida, cada azote, empezaba a volverse más lento, más profundo, menos urgente. El ritmo salvaje de la locura inicial daba paso a algo diferente, algo más íntimo.

Tatiana se inclinó hacia Drex, apoyando su cabeza en su hombro mientras sus cuerpos aún se movían en sincronía, pero ahora con una suavidad que solo compartían en los momentos de mayor cercanía. Los gemidos se transformaron en susurros suaves, en respiraciones acompasadas que hablaban de una conexión más allá del placer físico.

Drex, respirando pesadamente, la envolvió con sus brazos, dejando que sus manos recorrieran su espalda, trazando las líneas de las marcas que él mismo había dejado momentos antes. La besó con delicadeza en el cuello, saboreando la calma que ahora compartían.

—”Tatiana…” —murmuró, su voz más suave, casi ronca por el esfuerzo—. “Lo que sentiste… todo esto… es el hambre de la bestia.”

Tatiana alzó la vista hacia él, sus ojos brillando, llenos de un entendimiento nuevo, pero también de amor profundo. Aún sentía los restos de esa urgencia en cada fibra de su ser, pero ahora empezaba a entenderlo.

—”La bestia…” —repitió, como si procesara esas palabras, aún moviéndose lentamente contra él. No había sido solo lujuria, algo mucho más primal la había empujado a ese estado. “Pero yo no tengo una bestia, Drex. Yo solo te tengo a ti.”

Drex la acarició con una ternura que contrastaba con la brutalidad de antes. Sus manos, que antes la habían azotado y marcado, ahora la sostenían como si fuera algo precioso y frágil.

—”Es cierto…” —asintió él, acariciando su mejilla—. “No tienes una bestia, pero estás conectada conmigo, con mi tótem, con todo lo que soy. Esa sincronía que tenemos, Tatiana… lo que sentiste es una parte de lo que yo experimento con mi hambre, esa necesidad de devorar, de tomar corazones. Solo que, en ti, se traduce en algo diferente.”

Tatiana suspiró, sintiendo cómo sus palabras resonaban en ella. Entendía ahora por qué esa urgencia había sido tan abrumadora. No había sido solo deseo, era algo mucho más profundo, más visceral. Algo que compartía con Drex, algo que la unía a su esencia.

—”Te necesitaba tanto…” —admitió, susurrando mientras continuaban moviéndose lentamente, su piel aún ardiente por las sensaciones de antes—. “Sentía que si no te tenía… no sé qué hubiera hecho.”

Drex sonrió suavemente, sus ojos reflejando tanto amor como comprensión.

—”Lo sé… lo sentí también. Esa desesperación, esa necesidad… es lo que siento con la bestia dentro de mí. Pero tú no tienes que luchar contra ella, Tatiana. Estás conmigo, y siempre voy a estar aquí para saciar esa hambre. Sea como sea.”

Tatiana se apretó contra él, envolviéndolo con sus brazos mientras sus cuerpos se movían en una danza lenta y rítmica, pero ya sin prisa. No necesitaban más. El hambre había sido saciada, pero lo que quedaba ahora era el amor, esa conexión irrompible que los mantenía unidos más allá de la sincronía, más allá de cualquier frenesí.

—”Gracias,” —susurró Tatiana, besando suavemente su cuello, sintiendo su piel caliente contra la suya—. “Por ser todo lo que necesito.”

Drex la abrazó más fuerte, sus movimientos cada vez más lentos, más profundos. Ahora ya no estaban consumidos por la locura de la necesidad, sino por la paz de saberse el uno del otro.

—”Siempre…” —murmuró Drex, mientras se movían con esa calma—. “Siempre estaré aquí para ti, Tatiana. Porque somos uno.”

Y, en ese momento, el bosque dejó de ser testigo de un torbellino de deseo insaciable y se convirtió en el escenario de un amor profundo y tranquilo. Sus cuerpos, antes salvajes y descontrolados, ahora se movían en armonía, en completa comunión, sin prisas. Solo ellos dos, en esa paz que solo se encontraba después de haber saciado todas las necesidades. El hambre de la bestia había sido domada, por ahora.

Mientras sus cuerpos se movían más despacio, Tatiana dejó que su mente vagara por la conversación con Drex, reflexionando sobre lo que acababa de descubrir. Cada movimiento suyo sobre Drex le traía destellos de ese frenesí anterior, pero ahora, en lugar de ser una tormenta de deseo sin control, era una corriente mucho más calmada. A pesar de ello, el eco de la necesidad aún vibraba en su interior.

Tatiana cerró los ojos, sintiendo la conexión profunda que los unía. En su mente, comenzó a comprender lo que significaba ser un licántropo, tener esa hambre constante que, en su caso, se había transformado en deseo puro. Si eso era lo que ella había experimentado, ¿qué sentiría Drex cada día, cada momento de su vida?

Era una fuerza que lo gobernaba, lo dominaba, una necesidad absoluta que exigía ser satisfecha. Por un instante, se sintió abrumada por la idea. Tener algo dentro de ti que siempre está al acecho, que siempre te empuja al límite de tus instintos más primales. Tatiana podía entender ahora, aunque solo en parte, lo que Drex debía enfrentar.

Abrió los ojos y lo miró. Drex la observaba con un amor inmenso, pero también con una calma que solo alguien que había hecho las paces con esa bestia interior podría tener. Tatiana, al verlo, sintió una mezcla de admiración y compasión. Él vivía con eso todos los días. Mientras ella se había sentido al borde de la locura en un par de horas, Drex lo manejaba desde hacía años. Ser un licántropo no era solo una maldición, era una lucha diaria.

—“¿Es así… siempre?” —susurró Tatiana, manteniendo su movimiento lento, mientras su mente procesaba todas estas emociones—. “¿Esa hambre, esa necesidad… siempre está ahí, Drex? ¿Siempre vives con ella?”

Drex asintió lentamente, sus manos recorriendo la espalda de Tatiana, acariciando su piel marcada, una mezcla de suavidad y fuerza.

—“Siempre,” —confirmó, su voz ronca pero calmada—. “Es como un tambor, un ritmo constante en el fondo. A veces es suave, casi imperceptible, pero otras veces…” —hizo una pausa, sus ojos oscuros mirándola con seriedad—. “Otras veces es imposible de ignorar. La bestia siempre está ahí, esperando que me distraiga, que baje la guardia, para tomar el control.”

Tatiana sintió un escalofrío recorrer su espalda. Esa hambre, ese instinto que había experimentado brevemente, en ella se había manifestado como un deseo desenfrenado por Drex. Pero para él, no era solo deseo, era una voracidad mucho más brutal, mucho más peligrosa. La necesidad de alimentarse, de devorar corazones para saciar a la bestia dentro de él. Drex vivía con eso cada día, cada hora.

—“Debe ser…” —murmuró Tatiana, sin saber cómo ponerlo en palabras—. “Debe ser agotador.”

 

Drex sonrió suavemente, y Tatiana sintió una oleada de cariño y compasión por él. ¿Cómo había soportado todo eso solo? Él no había tenido a nadie para compartir esa carga hasta que ella llegó a su vida. Y ahora, aunque ella no podía entender del todo lo que significaba, estaba dispuesta a estar ahí para él, siempre.

—“A veces lo es,” —admitió Drex, inclinándose para besarla en la frente—. “Pero la sincronía contigo… todo es más fácil ahora. No me siento solo en esto.”

Tatiana sintió sus palabras resonar en su interior. La sincronía. Ese vínculo profundo que los unía, más allá del simple amor. Ella no solo estaba con Drex como su compañera, como su esposa. Ella era parte de él, conectada a la bestia de Drex a través del tótem.

Sus movimientos seguían, lentos, pausados, pero cada embestida, cada roce de sus cuerpos, la hacía reflexionar más. El hambre que ella había sentido, ese vacío que había intentado llenar de tantas maneras, era solo una fracción de lo que Drex sentía a diario. ¿Qué significaba tener una bestia dentro de ti que siempre te exigía más, que nunca estaba satisfecha del todo?

—”Es tan… implacable,” —murmuró Tatiana, sus ojos perdiéndose en los de Drex mientras sus caderas se movían suavemente contra él—. “Esa necesidad, ese impulso… lo sentí. Pero para ti, siempre está ahí. Siempre queriendo más.”

Drex asintió de nuevo, sus ojos brillando con una mezcla de ternura y comprensión.

—“Sí… pero te tengo a ti,” —dijo él, su voz grave—. “Y eso hace todo diferente.”

Tatiana se mordió el labio, todavía procesando todo lo que estaba descubriendo. Ser un licántropo no era solo tener fuerza o velocidad. Era vivir con una lucha interna constante. Era tener algo en ti que siempre deseaba más, que nunca se saciaba por completo. Y ahora, gracias a su conexión con Drex, ella había sentido un atisbo de esa necesidad.

Pero a diferencia de Drex, su hambre no era por corazones. Era por él.

Ella lo necesitaba de una manera que iba más allá de lo físico, más allá del simple deseo. Lo necesitaba para sentirse completa, para calmar esa vorágine de sensaciones que la abrumaban.

—“No sé si podría hacerlo…” —admitió Tatiana en un susurro, bajando la mirada, insegura—. “No sé si podría vivir con eso todo el tiempo.”

Drex la abrazó más fuerte, sus movimientos pausados pero cargados de significado. La acarició con una mano, levantando su barbilla para que lo mirara a los ojos.

—“No tienes que hacerlo sola, Tatiana,” —le dijo con firmeza—. “Siempre estaré aquí para ti. Tú eres mi calma, mi equilibrio. Y juntos, podemos manejarlo.”

Tatiana lo miró, y en ese momento lo comprendió. No estaba sola en esto, y Drex tampoco. Juntos, eran invencibles.

Y aunque la bestia siempre estaría presente, aunque esa hambre nunca desaparecería del todo, sabían que mientras se tuvieran el uno al otro, siempre podrían encontrar el equilibrio.

“Les narró con mucho gusto, el dios de los audiolibros. Gracias por acompañarnos en este viaje al terror. No olviden suscribirse y activar la campanita para recibir todas nuestras actualizaciones. En la descripción encontrarán más relatos espeluznantes. ¡Nos vemos en el próximo episodio!”

Gracias por acompañarnos en este viaje al terror. ¡Nos vemos en el próximo episodio!”

Audio Libro GRATIS

¿Te gustaría disfrutar de este contenido en formato de AUDIO LIBRO GRATIS? Aprovecha!!

Volver a la Lista de Cuentos

Recuerda que siempre puedes volver a consultar nuestros libros en formato de AUDIO LIBRO GRATIS en nuestro canal de Youtube. NO OLVIDES SUSCRIBIRTE

Síguenos en las Redes

Descarga nuestra App

Disfruta GRATIS de los mejores libros para Leer o Escuchar sobre Esoterismo, Magia, Ocultismo.

Disfruta GRATIS de los mejores libros para Leer o Escuchar para los pequeños grandes del mañana.

Disfruta de la historia de Terror más oscura y MARAVILLOSA que está cautivando al mundo.

Retira en Nequi, Daviplata, Tarjetas Netflix, Bitcoin, Tarjeta Visa Prepagada, ETC.