El cazador de almas perdidas – Creepypasta 271.
Misión en Rumicucho Parte 2.
El equipo de Raúl se reagrupó en La Floresta, un barrio con callejones estrechos y edificios antiguos que servían como un terreno ideal para emboscadas. Tras la batalla en La Mariscal, las fuerzas de Ragnarok lanzaron un contraataque masivo para recuperar el objeto sagrado y eliminar a los escuadrones de Oricalco. Los soldados de Raúl, reorganizados, se preparaban para lo que prometía ser una lucha feroz.
En el Centro de Operaciones
—María, ¿tienes alguna visión de sus movimientos? —preguntó Tatiana, observando con atención las transmisiones en las pantallas.
María, concentrada en su esfera, respondió: —Vienen por dos flancos, Tatiana. En 45 segundos, intentarán rodear a los escuadrones desde el oeste y el norte. Debemos forzarlos a entrar en los callejones.
Tatiana ajustó las posiciones. —Raúl, muevan a los equipos 3 y 5 al norte para bloquearlos. Tiranus y Diana, distráiganlos en el flanco oeste y guíenlos hacia las callejuelas.
El Despliegue en La Floresta
Tiranus, ya en su segunda transformación gracias a la poción, se envolvió en llamas y avanzó hacia el flanco oeste. Sus ojos ardían de furia mientras lanzaba ráfagas de fuego controladas que incendiaban la ruta de los vampiros separatistas, obligándolos a desviarse.
—Diana, llévalos a través de los callejones. No dejes que se escapen —gruñó Tiranus.
Diana, en su quinta transformación, se movía como un borrón entre las sombras. Su velocidad y agilidad eran impresionantes; los enemigos apenas podían seguir sus movimientos. Con un golpe de sus garras, derribó a varios separatistas, obligándolos a retroceder y a seguirla por los estrechos callejones.
—Tatiana, ya están entrando en el punto de emboscada —informó Diana.
Tatiana, con precisión, dio la siguiente orden: —Alexia, prepárate para interceptar en la salida norte. Raúl, tú y los escuadrones 7 y 8 cierren la salida oeste.
La Emboscada en Acción
Tiranus, envolviendo sus brazos en fuego, lanzó una ráfaga masiva que bloqueó por completo la salida principal, aislando a los vampiros separatistas en los callejones. En ese momento, Diana, aprovechando su velocidad, eliminó a los rezagados que intentaban encontrar rutas de escape alternativas.
Alexia, posicionada en la salida norte, abrió fuego con sus pistolas, eliminando a los separatistas que intentaron escapar. Sin embargo, al ver a un escuadrón de Oricalco en peligro, se lanzó a protegerlos, colocándose en la línea de fuego. Sus balas atravesaron a los enemigos, pero un grupo más numeroso se abalanzó sobre ella, dejándola en una posición vulnerable.
—¡Alexia, cuidado! —gritó Raúl mientras corría hacia su posición.
Rescate y Retribución
Raúl, con sus habilidades estratégicas, se colocó entre Alexia y el grupo enemigo. Utilizó una de las granadas de Oricalco para crear una explosión de fuego y humo, distrayendo a los enemigos y ganando tiempo. —¡Atrás, ya cubro la retirada! —ordenó mientras bloqueaba los ataques.
—Tatiana, la emboscada está funcionando, pero hay más fuerzas enemigas en camino —informó María.
Tatiana reaccionó con rapidez. —Tiranus, Diana, retrocedan y aseguren las salidas este y sur. Debemos atrapar a todo el grupo de una vez.
El Contraataque de los Separatistas
Los separatistas restantes, atrapados en las callejuelas de La Floresta, intentaron contraatacar, desatando una lluvia de balas y proyectiles mágicos. Sin embargo, Tiranus, envuelto en llamas, se lanzó hacia ellos, arrasando con fuego a cualquier vampiro que se interpusiera en su camino.
Diana, con la agilidad y velocidad de su quinta transformación, se movió como un rayo. Sus movimientos eran un borrón, y sus enemigos apenas podían seguirla antes de que sus garras los alcanzaran. Sus transformaciones rápidas la hacían casi invisible, un espectro de furia y precisión.
Raúl y Alexia, en perfecta coordinación, lograron bloquear las rutas restantes, eliminando a los últimos separatistas con disparos precisos y ataques cuerpo a cuerpo.
El Éxito de la Emboscada
Con el contraataque de Ragnarok neutralizado y las fuerzas enemigas atrapadas en los callejones, el equipo logró asegurar el área. Raúl, con la respiración agitada pero satisfecho, miró a Tatiana a través del comunicador.
—El contraataque ha sido contenido. Todos los escuadrones están asegurados —confirmó Raúl.
Tatiana asintió desde el centro de operaciones. —Buen trabajo. La emboscada fue un éxito. Prepárense para la fase final: nos movemos hacia la sede secundaria de Ragnarok en El Ejido. Allí los atraparemos de una vez por todas.
Con el contraataque de Ragnarok contenido en La Floresta, el equipo de Raúl se preparó para la fase final: asaltar la sede secundaria de Ragnarok en el barrio de El Ejido, un complejo de oficinas en el corazón de Quito. Esta sería la última oportunidad para desmantelar la operación y cortar el flujo de artefactos robados que financiaban los movimientos separatistas. La estrategia sería rápida y contundente, aprovechando las habilidades tácticas de Tatiana y las visiones de María para coordinar el ataque.
En el Centro de Operaciones
Tatiana repasó el mapa del complejo mientras María, con su esfera de clarividencia, escaneaba los próximos segundos. —El complejo tiene tres entradas principales y un acceso subterráneo. Los separatistas han reforzado la entrada sur con un grupo armado y han desplegado trampas mágicas en el acceso oeste. Raúl, te recomendamos usar el acceso subterráneo para entrar sin ser detectados.
—Entendido. Nos moveremos rápido —respondió Raúl, ajustando el comunicador en su oído mientras dirigía al equipo—. Alexia, tú y los escuadrones 4 y 5 asegurarán el perímetro. Tiranus, Diana, y yo tomaremos el túnel subterráneo.
El Avance a través del Subterráneo
El equipo se movió bajo las sombras de la ciudad, usando el sistema de alcantarillado para llegar hasta el acceso subterráneo del complejo. Diana, en su forma humana pero lista para transformarse en cualquier momento, avanzaba con cautela, escaneando cada rincón oscuro en busca de trampas.
—Tatiana, estamos en el túnel. ¿Algún movimiento detectado? —preguntó Diana, sus ojos adaptándose a la oscuridad.
—Sí, hay dos guardias en el final del túnel y un sistema de alarmas mágicas. Diana, usa tu transformación para neutralizarlos antes de que alerten a la base —ordenó Tatiana.
Diana se transformó en su sexta forma licántropa, sus sentidos agudizándose y sus movimientos tornándose más rápidos y sigilosos. En un parpadeo, se abalanzó sobre los guardias, desarmándolos antes de que pudieran reaccionar. En un movimiento ágil, destruyó las runas que activaban las alarmas.
La Infiltración en el Complejo
El equipo emergió en el sótano del edificio, donde los separatistas almacenaban artefactos y armas. Raúl, con un gesto de mano, indicó a Tiranus que lanzara una pequeña ráfaga de fuego para iluminar el área y verificar si había enemigos ocultos.
—Limpio. Avancemos al siguiente nivel —dijo Tiranus mientras las llamas se extinguían en sus manos.
Al llegar al primer piso, encontraron resistencia: un grupo de separatistas armados esperaba en las escaleras, listos para defender la base. Alexia, que se había unido a ellos tras asegurar el perímetro, lideró el ataque, disparando con precisión y abriendo un camino para que Raúl y los escuadrones de Oricalco avanzaran.
—Despejado, pero hay más arriba —informó Alexia, cubriéndose detrás de una columna.
Tatiana, desde el centro de operaciones, monitoreó la situación. —María ha visto que un grupo de sanguijuelas está bajando desde el tercer piso. Deben eliminarlos rápido o los rodearán.
La Batalla en el Corazón del Complejo
Los vampiros sanguijuela, desatados en su sed de sangre, descendieron por las escaleras en masa. Tiranus, transformado en su forma licántropa con el cuerpo envuelto en llamas, se lanzó contra ellos, bloqueando su avance con una tormenta de fuego. Diana, en su forma séptima, casi invisible para el ojo humano, se movió como un espectro entre las filas enemigas, eliminando a cada sanguijuela con precisión letal.
Raúl, liderando el asalto, se enfrentó cuerpo a cuerpo con varios separatistas armados, usando su agilidad y fuerza para desarmarlos y neutralizarlos en cuestión de segundos. Alexia, a su lado, cubría su flanco, disparando a cualquiera que intentara flanquear al equipo.
El Líder de Ragnarok y la Batalla Final
Al llegar al tercer piso, el equipo se encontró con el líder de los separatistas, un vampiro sanguijuela convertido en un ser monstruoso, cuya sed de sangre había sobrepasado los límites de lo humano. Sus ojos brillaban con locura, y sus garras eran capaces de destrozar acero. El Eldritch que lo acompañaba flotaba a su lado, protegiéndolo con un escudo de energía oscura.
—¡Es ahora o nunca! —gritó Raúl mientras los escuadrones de Oricalco tomaban posición alrededor de la sala.
Diana, en su séptima transformación, se volvió casi invisible y se lanzó a la carga, atacando al Eldritch desde todas las direcciones, sus garras impactando en su escudo mientras se movía a una velocidad inhumana. Tiranus, cubierto en llamas, se lanzó contra el líder sanguijuela, intentando romper sus defensas con golpes potentes.
Alexia, por su parte, cubría a sus compañeros desde la retaguardia, disparando con precisión a las runas del escudo que protegían al Eldritch, debilitándolo poco a poco.
La Intervención Táctica de Tatiana y María
Desde el centro de operaciones, Tatiana y María coordinaban los movimientos con precisión quirúrgica. —Tiranus, desvíalo hacia el pasillo lateral; el Eldritch tiene una debilidad en su flanco derecho. Diana, ataca en el mismo punto para romper su escudo —instruyó Tatiana.
María, viendo unos segundos en el futuro, pudo advertirles de una emboscada inminente. —Raúl, enemigos se aproximan por la salida este. Prepárate para un ataque sorpresa.
Gracias a la coordinación y las visiones de María, Raúl y sus escuadrones pudieron repeler la emboscada y mantenerse enfocados en el combate principal. Diana, siguiendo las órdenes, atacó con furia el flanco débil del Eldritch, logrando finalmente romper su escudo.
El Asedio Llega a su Fin
Con el escudo del Eldritch destruido, Tiranus y Raúl unieron fuerzas, atacando al Eldritch y al líder sanguijuela simultáneamente. En una combinación de fuego y agilidad, lograron derribar al Eldritch, haciendo que se desvaneciera en una explosión de energía oscura.
Alexia, viendo la oportunidad, se lanzó contra el líder sanguijuela y, en un ataque cuerpo a cuerpo, lo derribó, dándole el golpe final. Aún sintiendo el peligro de la situación, se permitió un momento de preocupación por sus compañeros, asegurándose de que todos estaban bien antes de bajar su guardia.
El Complejo es Asegurado
Con la sede de Ragnarok en El Ejido neutralizada y sus fuerzas derrotadas, Tatiana ordenó la evacuación del equipo. Habían completado la misión con éxito, desmantelando la operación enemiga y asegurando el objeto sagrado.
—Equipo, prepárense para el regreso. Buen trabajo. La misión ha sido un éxito —dijo Tatiana, con un tono firme y satisfecho.
El equipo, exhausto pero victorioso, se retiró del complejo, sabiendo que habían debilitado a Ragnarok y que la amenaza en Quito estaba bajo control.
Con el complejo de El Ejido asegurado y las fuerzas de Ragnarok neutralizadas, el equipo de Raúl se tomó un momento para reagruparse. Las luces de la ciudad iluminaban las ruinas mientras las unidades de Oricalco establecían el perímetro. La Manada, por su parte, se reunió en un espacio despejado del edificio, aprovechando el momento para compartir sus impresiones.
El Momento de la Manada
Tiranus, Diana y Olfuma se agruparon en círculo, con Alexia manteniéndose a cierta distancia, como observadora externa. Diana, en su forma humana pero con la intensidad de sus transformaciones aún visible en su mirada, rompió el silencio.
—Una buena cacería. Aunque estos separatistas nos harán trabajar mucho más la próxima vez —dijo con una sonrisa felina, cruzando los brazos.
Tiranus, envuelto en la seriedad que lo caracterizaba después de la batalla, agregó—. No bajemos la guardia. Ragnarok tiene más recursos de los que imaginábamos. Debemos estar listos para el próximo enfrentamiento.
Olfuma, sintiéndose cómoda en la presencia de sus compañeros, sonrió ampliamente. —Estoy feliz de estar aquí, de poder pelear a su lado. Cada día aprendo algo nuevo, y eso me motiva a seguir mejorando. Estar junto a ustedes, con Diana y Tiranus, es lo mejor que me ha pasado.
Diana le devolvió una sonrisa más cálida de lo habitual. —Y lo estás haciendo bien, Olfuma. La fuerza no es lo único que importa en la manada; es la voluntad de proteger a quienes importan.
Tiranus asintió, dándole una mirada de aprobación a Olfuma. —Lo estás demostrando. Sigue así.
La Conversación con Alexia
Mientras la manada hablaba, Raúl, junto con Alexia, supervisaba los alrededores, asegurándose de que no quedaran enemigos. Raúl observó a Alexia en silencio durante unos segundos antes de decir—. Hoy luchaste bien. No solo cubriste tu flanco, también te preocupaste por tus compañeros. Eso es algo que cuenta más de lo que crees.
Alexia asintió, con los ojos aún fijos en la distancia. —Sé que todavía no pertenezco a la manada, y eso lo deciden ellos, no yo. Pero cada misión es una oportunidad para demostrar que puedo estar a su altura. Hasta entonces, seguiré haciendo lo que sé hacer.
Raúl no respondió, pero asintió, respetando la lucha interna que sabía que Alexia libraba.
El Hallazgo de Fabián y Julián
En una oficina en el nivel superior, Fabián y Julián revisaban el área. Habían encontrado un computador intacto, lo cual era un golpe de suerte. Fabián accedió a los archivos, su expresión reflejando la seriedad de la situación.
—Estos datos tienen información sobre las finanzas y las rutas de tráfico de Ragnarok —murmuró—. Esto puede ser una oportunidad clave.
Julián lo escuchó mientras vigilaba la entrada. —Cada vez que enfrentamos algo así, recuerdo por qué seguimos aquí. No es solo para cumplir con una misión… Es para que nuestras vidas, las de nuestras familias, no caigan en esta oscuridad.
Fabián, con un gesto serio, continuó—. No podemos permitirnos fallar, Julián. Lo que está en juego es más que nuestras vidas. Cada vez que salgo, pienso en María. Si caigo, ella se quedará sola, y no puedo permitirlo.
Julián, con un tono más bajo, respondió—. Así es. Pero mientras estemos juntos, mientras sigamos luchando, podemos mantener esa luz en medio de tanta oscuridad. No es fácil, pero sabemos que vale la pena.
Ambos hombres de fe sabían que su lucha no era solo por cumplir misiones, sino por proteger a aquellos a quienes amaban y por aferrarse a sus principios en un mundo que constantemente los ponía a prueba.
Retorno a la Sede de la Purga
Con la información asegurada y la zona despejada, Tatiana dio la orden desde el centro de operaciones. —Equipo, es hora de regresar a la sede de la Purga. Tenemos que analizar estos datos y preparar el siguiente paso.
El equipo se movilizó, los vehículos de Oricalco se desplegaron para cubrir su retirada mientras la manada y el resto del grupo avanzaban juntos. Sabían que la lucha no había terminado, pero por el momento, habían dado un golpe importante a las fuerzas de Ragnarok y eso les daba una breve pero necesaria sensación de victoria.
Gracias por acompañarnos en este viaje al terror. ¡Nos vemos en el próximo episodio!”
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