Que tenemos para ti

Lee GRATIS

El cazador de almas perdidas – Creepypasta 235: Cuentos de Hombres Lobos

El Ritual de Puma Punku  Parte 2

La caverna subterránea vibraba como si un latido oscuro la recorriera. Las raíces que se entrelazaban en las paredes y el suelo parecían pulsar en sincronía con los cánticos que emanaban del centro del domo, donde Sergio Pedroza estaba llevando a cabo su oscuro ritual, invocando el poder de un Nephilim y un Eldritch. La atmósfera era sofocante, cargada de magia y muerte.

Drex y Diana lideraban la carga, saltando de saliente en saliente mientras esquivaban los ataques mágicos que lanzaban las brujas gritonas desde las alturas. Tyrannus, envuelto en llamas, avanzaba en paralelo, usando su piroquinesis para crear barreras de fuego que protegían al equipo de los Devorados que trataban de emboscar desde los costados.

—¡Cubran las alturas! —gritó Drex mientras giraba en el aire, usando su chokuto para cortar a una bruja que intentaba desatar un hechizo. Diana, en sincronía con él, se deslizó entre las sombras, moviéndose con una velocidad que dejaba poco rastro a su paso, y atacó desde la derecha, eliminando a dos enemigos con un solo movimiento.

En el otro extremo, Óscar y Lía mantenían a raya a los vampiros separatistas que se posicionaban en las plataformas superiores. Óscar, con su rifle de asalto, disparaba ráfagas precisas que impactaban a los vampiros antes de que pudieran apuntar, mientras Lía se movía con agilidad, cambiando de arma y atacando con su pistola y espada en mano.

—Tyrannus, necesito que limpies la derecha —ordenó Tatiana desde el punto logístico, sus ojos fijos en las pantallas que mostraban la batalla en tiempo real—. Diana, Drex, avancen. Deben llegar al centro y detener a Sergio.

Tyrannus rugió en respuesta, encendiendo sus llamas en un arco que se expandió y quemó las barreras de enemigos que se amontonaban en las paredes laterales. Su piel ardía mientras se preparaba para transformarse en licántropo, cubriendo todo su cuerpo en fuego piroquinético. Al lanzarse en su forma bestial, el impacto de su transformación envió una onda de calor que derribó a las criaturas que intentaban atacar desde las sombras.

Mientras tanto, en el centro de la caverna, Fabián, Julián, y Andrés se mantenían cerca de Anuel, protegiéndola mientras sus dríades combatían. La druida, con las manos aún extendidas, canalizaba la energía de la tierra, pero la fuerza que requería mantener a las dríades activas era inmensa.

—“Jehová es mi escudo; en Él confío” —recitó Julián mientras una barrera de luz se extendía frente a él, desviando los proyectiles de energía que caían desde las alturas.

Andrés, a su lado, disparaba con precisión, derribando a los enemigos que intentaban acercarse. Pero la presión sobre él era evidente; el sudor cubría su frente, y sus movimientos eran tensos. Recordó las palabras de Drex sobre enfrentar a Asha para liberarse de sus pesadillas, pero el terror de esa posibilidad lo debilitaba.

—¡Andrés, enfócate! —le gritó Fabián, su voz como un ancla de fe. —“No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo”.

Andrés respiró hondo, centrando su atención y volviendo a sus disparos, sus ojos llenos de determinación. —Estoy aquí, Fabián. No me desviaré.

En el punto logístico, Tatiana observaba con intensidad cada movimiento, pero su mirada se detuvo en Anuel. La druida estaba desatando un poder impresionante, pero su energía comenzaba a fluctuar. Las dríades mantenían a raya a los enemigos, pero el brillo verde de sus ojos se apagaba lentamente.

—María, ¿qué ves? —preguntó Tatiana, su voz reflejando preocupación.

María cerró los ojos y sus visiones se enfocaron en el futuro cercano. Vio el muñeco vudú que Sergio Pedroza sostenía, su control sobre las entidades aumentando, y la energía del ritual intensificándose. —Sergio está invocando a más criaturas y reforzando las defensas. Si no rompemos el círculo que las brujas están formando alrededor de él, no podremos detenerlo.

Tatiana asintió. —Drex, Diana, Tyrannus, diríjanse al núcleo. Tienen que romper el círculo de las brujas y llegar hasta Sergio. Raúl, Anuel, protejan la línea de avance.

En el frente, Drex y Diana aceleraron, abriendo camino entre los enemigos. Tyrannus, ahora completamente transformado y envuelto en llamas, avanzó con ellos, derribando a los separatistas y brujas que intentaban bloquear el paso.

En el lado derecho de la caverna, Raúl utilizó su habilidad Skywalker, transformando sus piernas en las de un guepardo para moverse más rápido. Saltó de plataforma en plataforma, disparando con su rifle y utilizando su espada cuando la distancia se cerraba.

Anuel, con sus fuerzas disminuyendo, observó a su alrededor. Las dríades estaban logrando contener el avance de los enemigos, pero sabía que su energía no duraría mucho más. Alzó la mirada y susurró una última invocación, concentrando su poder.

De las profundidades de la caverna, las raíces se movieron como tentáculos y tomaron nuevas formas, creando un escudo protector alrededor del equipo. Anuel se concentró, su cuerpo irradiando una luz verde intensa mientras conectaba con la tierra y los árboles antiguos de las ruinas. Las dríades brillaron, y sus ataques se intensificaron, lanzando látigos de raíces que despedazaban a los enemigos que osaban acercarse.

En ese momento, Tatiana, aún observando a Anuel desde el punto logístico, sintió una oleada de respeto y admiración. Asha, sonriendo con un aire de superioridad, susurró: —Parece que tu equipo es más poderoso de lo que imaginabas. Ahora es momento de ver si pueden ejecutar el golpe final.

Seraph Vambertoken, con una mirada fría, agregó: —Pero el tiempo se agota. Las fuerzas de Ragnarok están entrando al domo y los refuerzos no están lejos. Necesitan actuar con precisión.

Fabián, viendo el avance de sus compañeros y la creciente amenaza del ritual, levantó la voz y dirigió sus palabras hacia el núcleo: —”Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado” —de sus manos salió un rayo de luz divina, que se dividió en múltiples haces y golpeó a los vampiros que se alzaban para defender a Sergio.

Andrés, tomando inspiración de las palabras de Fabián, cargó junto a él, eliminando a los enemigos que quedaban en su camino.

El avance del equipo fue brutal, pero las defensas de Ragnarok se multiplicaban. Sergio Pedroza, en el centro del círculo, comenzó a gritar con una voz que resonaba con poder. Las energías del Nephilim y el Eldritch se intensificaron, y las criaturas que los rodeaban se alzaron con una fuerza renovada.

—¡Ahora, Drex! —gritó Tatiana, mientras veía el momento adecuado en la pantalla—. Destruyan el círculo y corten el flujo del ritual.

Drex, con un rugido, se lanzó contra las brujas que formaban el círculo, derribándolas con su chokuto y sus garras. Diana y Tyrannus lo siguieron de cerca, abriendo el camino y desmembrando a los enemigos en un frenesí de acero y llamas.

Cuando el círculo finalmente se rompió, un destello de energía inundó la caverna. El ritual comenzó a tambalearse, y las criaturas invocadas por Sergio se debilitaron. Fabián, viendo la oportunidad, alzó sus manos y desató una última onda de luz, dirigida hacia Sergio.

Pero en el último segundo, Sergio sonrió con malicia y desapareció en una nube de sombras, dejando un eco de risa en la caverna. La energía del ritual se disipó, pero el daño estaba hecho; las fuerzas de Ragnarok comenzaban a reorganizarse, y el equipo de Oricalco se encontraba rodeado.

Tatiana cerró los ojos un segundo, tomando aire. —A todos, reorganícense y preparen la retirada. El combate está lejos de terminar, pero ahora, necesitamos un nuevo plan.

El destello de energía que siguió a la ruptura del círculo ritual iluminó las profundidades de la caverna subterránea. Las runas en las paredes dejaron de brillar, y las criaturas que había invocado Sergio Pedroza se debilitaron, sus movimientos ahora torpes y erráticos. Pero el aire seguía cargado de tensión. Las fuerzas de Ragnarok, aunque debilitadas, se estaban reorganizando, y el eco de los cánticos oscuros de Sergio aún resonaba en las paredes de piedra.

Tatiana, desde el punto logístico, observaba con calma calculada. —La energía se está dispersando, pero los refuerzos de Ragnarok no tardarán en llegar. Necesitamos controlar el terreno y preparar una retirada estratégica. —Sus ojos se fijaron en las pantallas tácticas que mostraban la disposición de su equipo.

—María, ¿qué ves? —preguntó, buscando la guía que las visiones de María le podían proporcionar.

María cerró los ojos, concentrándose en la proyección del futuro cercano. Vio los movimientos de las fuerzas restantes de Ragnarok: grupos de vampiros separatistas se posicionaban en las plataformas superiores, mientras los Devorados restantes se reagrupaban en las paredes para flanquear al equipo de Oricalco.

—Nos están rodeando —respondió, su voz tensa—. Los vampiros intentarán atacar desde las alturas mientras los Devorados nos flanquean. Solo tenemos unos momentos para actuar.

Tatiana asintió y transmitió las órdenes con precisión: —Drex, Tyrannus y Diana, aseguren las plataformas superiores y despejen el área. Raúl, ayuda a Olfuma a reforzar la barrera y cubran los flancos. Óscar y Lía, protejan la retaguardia y mantengan las posiciones. Andrés, Fabián, Julián, cubran a Anuel mientras se retiran.

Drex, Diana, y Tyrannus avanzaron rápidamente. Drex se impulsó por las columnas de piedra hacia la parte superior de la caverna, su chokuto cortando a los vampiros que intentaban emboscarlos desde los puntos elevados. Diana, en su forma licántropa, se lanzó detrás de él, moviéndose con una agilidad abrumadora y eliminando a sus enemigos con una precisión mortal. Tyrannus, envuelto en fuego piroquinético, creó una barrera que bloqueó el paso de los separatistas, quemando cualquier amenaza que se acercaba.

En el centro del domo, Anuel respiraba profundamente, manteniendo las dríades activas, pero su energía comenzaba a flaquear. Andrés, a su lado, disparaba contra cualquier criatura que intentaba acercarse, mientras Fabián y Julián utilizaban sus poderes de luz para mantener el área despejada.

—“Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre” —declaró Fabián, alzando sus manos. Una barrera de luz se expandió, cubriendo a Anuel y protegiendo la formación central.

Raúl, activando su habilidad Skywalker, transformó sus brazos en los de un gorila para ganar fuerza adicional y mantener las armas firmes mientras disparaba contra los separatistas. Olfuma, a su lado, lanzó esferas de anti-magia para neutralizar los hechizos de sangre que los nigromantes intentaban conjurar.

—¡Los refuerzos vienen desde el oeste! —advirtió Lía, mientras disparaba hacia los flancos. Sus movimientos eran rápidos y precisos, eliminando a los enemigos antes de que pudieran acercarse. Óscar, a su lado, asintió y reforzó la posición, utilizando su rifle para disparar ráfagas letales que frenaban el avance de los vampiros.

Tatiana evaluaba la situación en tiempo real, sus manos rápidas ajustando las coordenadas y comandos. —La salida está a unos cien metros. Necesitamos un corredor despejado para la retirada —dijo, mirando a María—. ¿Podemos movernos?

María abrió los ojos, su voz cargada de una mezcla de urgencia y certeza. —Ahora. La única oportunidad que tenemos es en este momento. Si no nos movemos, estaremos atrapados cuando lleguen más refuerzos.

Tatiana dio la orden. —¡Todos, avancen hacia la salida! Mantengan la formación y despejen el camino.

El equipo comenzó a moverse con precisión milimétrica, sus formaciones cambiando para cubrir todos los ángulos mientras se replegaban. Drex y Diana avanzaron primero, abriendo el paso con ferocidad. Tyrannus utilizó sus llamas para despejar las plataformas superiores y frenar el avance de los separatistas. Raúl y Olfuma se colocaron en el centro, protegiendo a Anuel y reforzando las defensas.

En el punto logístico, Asha sonreía con satisfacción. —Me pregunto si lograrán salir sin más incidentes. Las fuerzas de Ragnarok parecen no tener fin.

Seraph Vambertoken permaneció en silencio, observando con una mirada afilada. —Si fallan, tendremos que intervenir. Pero no dudo de su habilidad.

De vuelta en la caverna, las fuerzas de Ragnarok se intensificaron. Un grupo de Devorados se lanzó desde las alturas, y los cánticos de los nigromantes llenaron el aire. Las paredes de la caverna vibraron mientras las energías oscuras intentaban restaurar el círculo ritual que había sido destruido.

Tyrannus, aún en su forma licántropa recubierta en fuego, se lanzó contra los Devorados, arrasando con ellos. Sus llamas se expandieron como una explosión que derribó a los enemigos cercanos, dándoles un respiro momentáneo.

Diana se movió con rapidez para cubrir el flanco derecho, mientras Drex lideraba el avance hacia la salida, asegurándose de que ningún enemigo se acercara al equipo.

En el centro, Fabián y Julián se unieron, desatando una onda combinada de luz que empujó a los enemigos de vuelta. Andrés, con sus pistolas, cubría las esquinas y disparaba con precisión, asegurándose de que Anuel tuviera tiempo para canalizar el poder de la naturaleza y abrir un camino seguro.

Pero justo cuando el equipo estaba a punto de llegar a la salida, un temblor sacudió el domo. De las sombras, emergió un coloso: una fusión de los restos de Devorados y nigromancia, un golem de carne controlado por la magia oscura de Sergio. La criatura se alzaba, bloqueando la salida, con ojos vacíos que brillaban con energía nefasta.

Tatiana, viendo el peligro, gritó a través del comunicador. —¡Cuidado! Todos a posiciones defensivas. ¡Es un coloso!

Drex se lanzó de inmediato, atacando al golem con toda su fuerza. Su chokuto impactó en la carne abominable de la criatura, pero el coloso apenas retrocedió. Diana, girando con agilidad, atacó desde el otro lado, buscando cortar los puntos de unión, pero la criatura se regeneraba rápidamente.

Anuel, viendo el peligro, alzó sus manos y canalizó su poder. Las dríades se movieron hacia el golem, golpeando con sus brazos de piedra y raíces, tratando de frenar su avance. Óscar y Lía dispararon hacia sus puntos vitales, mientras Raúl se transformaba en un felino veloz para atacar las extremidades inferiores de la criatura.

—”El Señor destruirá a tus enemigos delante de ti” —recitó Fabián, desatando una ráfaga de luz que golpeó el pecho del coloso. Pero la criatura, alimentada por la magia negra de Sergio, resistió el impacto, avanzando lentamente.

María, sintiendo el cambio en sus visiones, advirtió: —Este es un señuelo. Sergio está tratando de distraernos para restaurar el círculo.

Tatiana entendió el riesgo de inmediato. —Drex, Tyrannus, mantengan al coloso. Diana, Andrés, con Anuel, destruyan los símbolos que intentan restaurar. No podemos dejarlos retomar el control.

El equipo se dividió nuevamente, con Drex y Tyrannus conteniendo a la criatura. Diana se lanzó hacia un lado, junto a Andrés y Anuel, localizando los símbolos que las brujas estaban intentando reconstruir.

Las llamas de Tyrannus se alzaron en un muro de fuego que rodeó al coloso, quemando y debilitando su cuerpo mientras Drex usaba cada oportunidad para asestar golpes precisos en sus puntos débiles.

La caverna subterránea vibraba mientras el coloso de carne avanzaba, bloqueando la salida y amenazando con aplastar a los miembros del equipo de Oricalco. Las llamas de Tyrannus envolvían su gigantesco cuerpo, quemando la carne abominable, pero el golem seguía regenerándose con la energía oscura que lo alimentaba. Los cánticos de Sergio Pedroza resonaban como un eco lejano, intensificando la magia que daba vida a la criatura.

Drex atacaba sin descanso, su chokuto deslizándose por la carne y cortando las uniones de los miembros del coloso, pero la criatura resistía, retrocediendo solo momentáneamente ante cada impacto. —”La carne se regenera demasiado rápido” —gruñó, mientras se lanzaba de nuevo en un ángulo preciso para evitar ser aplastado.

Tatiana, desde el punto logístico, observaba con precisión cada movimiento. —¡Diana, Andrés y Anuel, desvíense al sector sur! Las brujas están intentando restaurar los símbolos. ¡Elimínenlas!

Diana, con sus espadas listas, se movió con rapidez, deslizándose por el flanco derecho de la caverna, sus sentidos en alerta. A su lado, Andrés avanzó con las pistolas al frente, cubriéndola, mientras Anuel extendía sus manos y las raíces bajo sus pies respondían, alzándose para proteger el camino.

Olfuma se posicionó a la izquierda, manteniendo la barrera con sus esferas de anti-magia, desintegrando los hechizos que las brujas lanzaban. Raúl, en su forma de felino, se movió con agilidad, eliminando a los separatistas que intentaban bloquear su avance.

En el centro de la caverna, Fabián y Julián luchaban para contener al coloso, liberando ráfagas de luz que lo golpeaban desde diferentes ángulos, pero las energías oscuras lo mantenían en pie. —”El Señor levantará su mano contra sus enemigos” —recitó Fabián, intensificando su ataque, pero sabiendo que necesitarían más que sus palabras para derribar a la criatura.

Mientras tanto, en el sector sur, Diana y Andrés llegaron a los símbolos restaurados por las brujas. Vieron los círculos de energía grabados en la piedra, vibrando con magia negra. Anuel, sintiendo la oscuridad de las runas, respiró hondo y levantó sus manos, invocando la fuerza de las dríades.

Las raíces y ramas que surgieron del suelo se entrelazaron y atacaron los símbolos, envolviéndolos y rompiendo la magia que se intentaba conjurar. Diana, con un rugido, se lanzó contra las brujas, sus espadas cortando a través de ellas en una danza de movimientos precisos y letales.

Andrés, con su espada en alto, golpeó el centro de uno de los círculos, quebrándolo. —¡Anuel, mantén la energía bajo control! —gritó mientras defendía la posición, sus movimientos tensos pero firmes.

Anuel invocó las dríades una vez más, y las figuras de madera y piedra se alzaron, desatando su poder sobre los símbolos. Las raíces envolvieron a las brujas, atrapándolas en un abrazo mortal que las neutralizó. Poco a poco, las runas se apagaron, y la vibración en la caverna comenzó a menguar.

En el punto logístico, María se tensó al recibir una nueva visión. —¡Sergio está canalizando más poder! —advirtió, con los ojos abiertos de par en par—. Está intentando usar el coloso como un conducto final para liberar algo más grande.

Tatiana entendió la gravedad de la situación. —Todos, necesitamos acabar con el coloso y detener a Sergio antes de que complete su ritual. ¡Drex, Tyrannus, mantengan la línea! ¡Andrés, ¡Diana, regresen al núcleo!

Drex, consciente de la urgencia, asintió a Tyrannus, que se lanzó con un rugido en su forma de licántropo en llamas, impactando al coloso con una fuerza brutal. Las llamas envolvieron la masa de carne, debilitándola poco a poco.

Tyrannus, cubierto en fuego piroquinético, golpeó con sus garras en el torso del coloso, debilitándolo con cada impacto. A su lado, Drex aprovechó cada apertura creada por las llamas para cortar con su chokuto, cortando las uniones que mantenían a la criatura en pie.

Mientras tanto, Diana y Andrés regresaron al centro de la caverna, uniendo fuerzas con Fabián y Julián. Andrés, sintiendo la presión de la batalla, recitó con fervor: —”Aun cuando pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno” —. Sus palabras resonaron en la caverna, y un destello de luz sagrada emergió de su espada, impactando al coloso y deteniéndolo momentáneamente.

—¡Fabián, ataca con todo! —gritó Andrés, y Fabián, alzando su mano, liberó una explosión de luz que desintegró parte del coloso.

En ese momento, Raúl se unió a la batalla, cambiando su forma a la de un lince y atacando las piernas del coloso, mientras Óscar y Lía cubrían el área con disparos precisos. Olfuma, viendo la apertura que se había creado, lanzó una esfera anti-magia que impactó en el torso de la criatura, debilitando las energías oscuras que lo mantenían en pie.

Anuel, concentrada, invocó una última ráfaga de poder, y las dríades superiores cargaron contra el coloso, golpeándolo con fuerza y clavando sus raíces en su carne podrida. La criatura tembló y se tambaleó, su energía desvaneciéndose.

En el punto logístico, Asha observó el desarrollo del combate con una sonrisa serena, mientras Seraph Vambertoken miraba con una frialdad calculadora. —Están al borde de destruirlo, pero Sergio sigue oculto —comentó.

María, con una visión clara de la situación, alertó a Tatiana. —Está usando las sombras. Va a lanzar un último ataque para mantener al coloso en pie. Si lo hace, tendremos que actuar rápido.

Tatiana sabía que el equipo no podía fallar en ese momento crucial. —¡Drex, Tyrannus, ahora!

Drex, moviéndose con una velocidad inhumana, se lanzó por el flanco del coloso, encontrando la grieta que se había formado en su torso. Con un rugido, clavó su chokuto en el punto débil, mientras Tyrannus, transformado y en llamas, atacaba desde el otro lado, golpeando con sus garras en una explosión de fuego.

El coloso se tambaleó, y la caverna vibró con una intensidad creciente. Fabián y Julián, recitando al unísono, unieron sus poderes y desataron una explosión de luz sagrada que atravesó el cuerpo de la criatura. Diana, con un rugido, cortó la cabeza del coloso, mientras Raúl y Olfuma cubrían los flancos.

Finalmente, el coloso cayó, desintegrándose en cenizas bajo la luz combinada de Fabián y Julián.

La caverna quedó en silencio por un momento, solo interrumpido por la respiración entrecortada del equipo. Anuel, agotada, cayó de rodillas, pero se mantuvo firme mientras sus dríades desaparecían en un destello de energía.

—Hemos derrotado al coloso, pero Sergio aún está ahí —dijo Tatiana, con voz fría y calculadora—. A todos, prepárense para el siguiente movimiento. No saldremos de aquí hasta que lo hayamos neutralizado por completo.

El equipo de Oricalco, reunido en el centro del domo, se preparó para la confrontación final con el líder de Ragnarok.

Gracias por acompañarnos en este viaje al terror. ¡Nos vemos en el próximo episodio!”

Audio Libro GRATIS

¿Te gustaría disfrutar de este contenido en formato de AUDIO LIBRO GRATIS? Aprovecha!!

Volver a la Lista de Cuentos

Recuerda que siempre puedes volver a consultar nuestros libros en formato de AUDIO LIBRO GRATIS en nuestro canal de Youtube. NO OLVIDES SUSCRIBIRTE

Síguenos en las Redes

Descarga nuestra App

Disfruta GRATIS de los mejores libros para Leer o Escuchar sobre Esoterismo, Magia, Ocultismo.

Disfruta GRATIS de los mejores libros para Leer o Escuchar para los pequeños grandes del mañana.

Disfruta de la historia de Terror más oscura y MARAVILLOSA que está cautivando al mundo.

Retira en Nequi, Daviplata, Tarjetas Netflix, Bitcoin, Tarjeta Visa Prepagada, ETC.