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El cazador de almas perdidas – Creepy pasta 89.

La Ventaja de la Muerte Plata.

El cielo sobre Tiahuanaco comenzaba a teñirse de tonos naranjas y violetas mientras el equipo de Purga descendía de los helicópteros. El lugar, cargado de una energía antigua y misteriosa, se erguía majestuoso en el horizonte. Las ruinas, testigos de una civilización perdida, parecían más imponentes bajo la luz del atardecer, y cada piedra resonaba con un eco del pasado.

Tatiana y Drex avanzaban en silencio mientras observaban el despliegue de los escuadrones de Oricalco que ya se encontraban en el lugar. Entre ellos, se destacaba Diana, quien lideraba con firmeza a sus hombres, asegurándose de que la situación estuviera completamente bajo control. Diana y Drex ya se conocían de misiones anteriores, específicamente cuando cazaron a agentes de la Muerte Plata bajo las órdenes del Regente de los Licántropos, Ramírez, quien ahora ostentaba el título de Archiconde de Colombia.

Diana, con su porte elegante y su aire seguro, caminaba entre los agentes de Oricalco con autoridad. Al notar la llegada de Drex y Tatiana, se acercó rápidamente con una sonrisa despreocupada.

—¡Drex! —dijo con entusiasmo mientras se acercaba para saludarlo—. Me alegra verte de nuevo. Parece que siempre nos encontramos cuando la Muerte Plata está haciendo alguna de las suyas.

Tatiana, quien aún se sentía inquieta por los acontecimientos recientes, se mantuvo cerca de Drex, sin apartar la mirada de Diana. Aunque estaba acostumbrada a las bromas y la personalidad despreocupada de la licántropa, la situación era demasiado tensa para su gusto. Sin embargo, se tomó un momento para asegurarse de que Drex estuviera bien.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Tatiana en voz baja, mostrando preocupación.

Drex, aunque cansado, le ofreció una sonrisa tranquilizadora.

—Estoy bien —respondió—. Solo tenemos que mantenernos concentrados en lo que viene.

Tatiana asintió, aunque no pudo evitar sentir un ligero peso en su corazón. Sabía que Drex era fuerte, pero también sabía que las batallas estaban empezando a afectarlo más de lo que él mismo admitía.

Fabián y María.

Mientras tanto, en otra parte de las ruinas, Fabián había estado buscando a María. Desde la batalla en Machu Picchu, había notado que ella lo evitaba, y aunque no podía recordar claramente los últimos encuentros que habían tenido, algo en su interior le decía que algo no estaba bien. Fabián, siendo el hombre de fe que era, no podía entender por qué María, la mujer que había sido su apoyo y guía espiritual, ahora se alejaba de él.

Decidido a confrontarla, comenzó a caminar por las ruinas en busca de respuestas, pero antes de que pudiera dar muchos pasos, Drex lo interceptó.

—No vayas tras ella, Fabián —le dijo Drex con voz firme.

Fabián lo miró confundido. Sabía que Drex era alguien en quien podía confiar, pero su deseo de saber qué estaba ocurriendo con María era abrumador.

—No entiendo —dijo Fabián—. ¿Por qué me está evitando? Necesito hablar con ella, Drex.

Drex, que conocía la verdad sobre lo que había estado ocurriendo entre María y Fabián, decidió que no era el momento adecuado para que Fabián descubriera todo.

—María está pasando por algo complicado —respondió Drex, eligiendo sus palabras con cuidado—. Déjale espacio. Ella hablará contigo cuando esté lista.

Fabián frunció el ceño, pero finalmente asintió. Confiaba en Drex, y si él decía que debía esperar, lo haría. Sin embargo, la incertidumbre seguía pesando en su corazón.

Presentación de Diana y los Nuevos Agentes de Oricalco.

Drex aprovechó el momento para presentar a Diana a los nuevos agentes que habían comenzado a destacar en las recientes batallas. Lía, Anael y Raúl habían demostrado un talento sobresaliente durante el combate en Machu Picchu, y Drex sabía que era hora de que conocieran a alguien como Diana, una veterana en el campo de batalla.

—Diana, quiero presentarte a algunos de los nuevos agentes de Oricalco —dijo Drex mientras señalaba a los tres guerreros—. Lía, Anael y Raúl han sido esenciales en nuestra victoria reciente. Estoy seguro de que te llevarás bien con ellos.

Diana, con su típica actitud despreocupada, se acercó a los tres agentes con una sonrisa amplia.

—Es un placer conocerlos —dijo mientras evaluaba a cada uno con una mirada rápida—. Siempre es bueno ver nuevas caras en Oricalco. He escuchado cosas buenas sobre ustedes.

Lía, con su habitual frialdad vampírica, asintió cortésmente, mientras que Anael, con su conexión druidica con la naturaleza, sonrió cálidamente. Raúl, el skinwalker, se mantuvo en silencio, pero Drex sabía que, detrás de su expresión reservada, había un respeto genuino hacia Diana.

El Comentario Inapropiado de Diana.

Sin embargo, la conversación rápidamente tomó un giro inesperado cuando Diana, con su habitual falta de filtro, decidió abordar un tema que había estado rondando su mente desde que llegó.

—Por cierto, Drex —dijo Diana con total naturalidad—. No he podido evitar notar que tú y Tatiana huelen mucho el uno al otro. ¿Acaso están juntos? Es raro ver a dos personas con esos olores mezclados si no lo están.

El comentario cayó como una bomba en la conversación. Tatiana, que había estado manteniendo su compostura, sintió una oleada de enojo ante la falta de tacto de Diana. Su rostro se tensó, y aunque intentó mantener la calma, era evidente que estaba molesta.

—Diana… —murmuró Tatiana, tratando de contenerse.

Drex, que ya conocía demasiado bien la forma de ser de Diana, intervino rápidamente antes de que la situación se saliera de control.

—Diana, no es el momento para esas preguntas —dijo Drex con una sonrisa forzada—. Sé que no lo hiciste a propósito, pero esto no es asunto tuyo.

Diana, que no parecía comprender del todo el impacto de su comentario, simplemente se encogió de hombros.

—Bueno, solo lo decía porque es bastante evidente —respondió ella con una risa nerviosa—. No quería ofender a nadie.

La tensión en el ambiente comenzó a disiparse lentamente mientras la conversación cambiaba de tema. Diana, siendo quien era, nunca había sido alguien que pensara demasiado antes de hablar, y aunque su comentario había sido inapropiado, Drex sabía que no había ninguna malicia detrás de sus palabras.

Daniel, el Alquimista – Continuación.

Drex decidió contactar a Daniel, su viejo aliado, que ahora gozaba de un éxito inusitado en el consejo del Archiconde Ramírez. Sabía que podía confiar en Daniel para obtener pociones de alta calidad, especialmente después de que su reputación se disparó tras las recomendaciones de Drex al Archiconde.

Cuando Daniel contestó la llamada, su tono era vibrante y lleno de gratitud.

—¡Drex! Qué alegría escucharte. ¿Qué necesitas de mí esta vez? —preguntó con una risa cálida.

Drex, sabiendo lo eficiente que era Daniel, fue directo al grano.

—Necesito algunas pociones para esta misión —dijo Drex—. Un par para escupir fuego de dragón, otras dos para poder transformarme dos veces en un mismo día. Y ya que estamos, cualquier nueva poción en la que estés trabajando.

Daniel, siempre entusiasta por impresionar a su viejo amigo, no perdió tiempo en responder.

—Por supuesto, Drex. Ya sabes que lo que necesites es tuyo. Además, he estado trabajando en algo nuevo: una poción que puede aumentar tu audición licántropa en 40 veces. Te será útil si necesitas rastrear a alguien a gran distancia o detectar enemigos antes de que lleguen.

Drex sonrió, complacido con la oferta, pero aún tenía otra pregunta en mente.

—Hablando de eso, Daniel, quería preguntarte sobre las pociones de extensión de vida que me diste la última vez. Recuerdo que me dijiste que eran específicas para licántropos.

Daniel hizo una pausa antes de responder, asegurándose de explicar cuidadosamente los efectos de las pociones.

—Así es, Drex. Esas pociones están diseñadas específicamente para licántropos. Funcionan muy bien con tu fisiología debido a tu capacidad de regeneración, pero si las usara un humano, los efectos no serían tan prolongados ni tan efectivos. Para ti, estas pociones evitarán que pierdas años de vida en situaciones extremas, pero no te añadirán décadas como lo harían en un humano. Quería asegurarme de que lo supieras antes de usarlas.

Drex asintió, agradecido por la advertencia.

—Lo entiendo. Aprecio que me lo aclares. De todas formas, con lo que viene por delante, necesitaré cada ventaja que pueda obtener.

Daniel, siempre dispuesto a ayudar, añadió:

—Si necesitas algo más, Drex, no dudes en decírmelo. Mi lealtad hacia ti es absoluta, ya sabes lo mucho que te debo.

Drex terminó la conversación agradeciéndole de nuevo y prometió estar en contacto pronto. Sabía que, con las nuevas pociones, tendría más herramientas a su disposición para enfrentar los peligros que les esperaban.

Un Vambertoken Iracundo.

La tranquilidad duró poco. El equipo de Purga estaba a punto de reorganizarse cuando llegó la noticia que nadie quería escuchar. Vambertoken, visiblemente irritado, se acercó al grupo con una mirada oscura. El vampiro tenía el ceño fruncido y sus ojos brillaban con una furia contenida.

—¡El pilar no está aquí! —gruñó con voz baja, pero cargada de peligro—. Está en Puma Punku. ¡La Muerte Plata nos ha ganado terreno!

La noticia cayó como un balde de agua fría sobre el equipo. Aunque habían trabajado rápidamente para llegar a Tiahuanaco, la Muerte Plata había logrado adelantarse, y ahora el siguiente pilar estaba en sus manos.

Tatiana intercambió una mirada preocupada con Drex. Sabían que esto complicaría mucho la situación, pero también entendían que no había tiempo para lamentaciones.

Vambertoken, sin perder el control que le quedaba, continuó dando órdenes.

—Partimos ahora mismo hacia Puma Punku. No podemos permitir que activen el siguiente pilar. ¡Si lo hacen, podrían estar un paso más cerca de controlar Paititi!

El equipo de Purga, junto con los agentes de Oricalco, se prepararon para la nueva misión con la tensión palpable en el aire. Sabían que lo que venía sería aún más peligroso que lo que habían enfrentado hasta ahora.

Tatiana, antes de subir al helicóptero, tomó un momento para felicitar a Lía, Anael y Raúl, los agentes de Oricalco que habían mostrado su valía en las últimas misiones.

—Buen trabajo, chicos. Sé que lo que viene será más duro, pero confío en que estarán a la altura —dijo Tatiana, con una sonrisa sincera.

Los tres agentes asintieron, agradecidos por el reconocimiento, mientras se preparaban para lo que sería su próxima batalla en Puma Punku.

La tensión crecía mientras el equipo se subía a los helicópteros, listos para enfrentar lo que les esperaba en Puma Punku. Sabían que la Muerte Plata les llevaba ventaja, pero estaban decididos a recuperar el terreno perdido y asegurarse de que los secretos de Paititi no cayeran en las manos equivocadas.

El viaje hacia el cuarto pilar estaba por comenzar, y la batalla que les esperaba en Puma Punku sería decisiva.

Gracias por acompañarnos en este viaje al terror. ¡Nos vemos en el próximo episodio!”

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