Creepypasta 67 El Ritual de María y Vambertoken

El cazador de almas perdidas – Creepy pasta 67.

El Ritual de María y el Tablero Oculto de Vambertoken.

La noche caía sobre Quito, y la sede de la purga estaba más silenciosa de lo normal. Drex y Fabián acababan de llegar, el primero ya limpio de la sangre de su reciente cacería, pero con una vitalidad intensa en su mirada. La necesidad de cazar había sido satisfecha, y ahora se encontraba preparado para lo que estaba por venir.

Poco después de su llegada, Vambertoken hizo su aparición, moviéndose con la elegancia habitual, pero con una intensidad controlada que ponía a todos en alerta.

—El ritual de María está a punto de comenzar —anunció con voz firme—. Todos debéis despejar la mansión y retiraros a los aposentos exteriores. Nadie debe interferir.

La orden fue clara. Vambertoken no toleraría interrupciones durante el ritual, algo que solo subrayaba su importancia. Los miembros del Oricalco se comenzaron a mover con rapidez, evacuando el área sin hacer preguntas. Julián se acercó a Fabián, su expresión era más seria de lo habitual.

—Hay nuevas noticias desde el Vaticano —comenzó, mirando de reojo a Vambertoken mientras el vampiro se alejaba—. Parece que Vambertoken está solicitando más apoyo, pero no cualquier apoyo. Está pidiendo acceso a la Biblioteca Secreta y a la bóveda de objetos precolombinos.

El tono de Julián era grave, como si lo que estuviera diciendo fuera más importante de lo que parecía a simple vista.

—¿Por qué querría eso? —preguntó Fabián, tratando de entender la intención detrás del vampiro.

—Está buscando las tablillas de oro de los Tayos —respondió Julián, su voz baja pero cargada de significado—. Un artefacto que tiene mucho más poder de lo que cualquiera podría imaginar.

Mientras los dos sacerdotes profundizaban en su conversación, hablando sobre los ecos que esa solicitud estaba causando en el Vaticano, Tatiana aprovechó el movimiento para acercarse a Drex. La preocupación en su rostro era evidente. Aunque Drex se mostraba fuerte, sus recientes heridas aún no se habían cerrado completamente.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Tatiana, su tono suave pero con la seriedad de alguien que había visto demasiado dolor.

Drex la miró con una sonrisa que intentaba tranquilizarla.

—Mi recuperación como licántropo es rápida, mucho más ahora que me he alimentado —respondió, intentando restar importancia a sus heridas—. Estaré bien en nada de tiempo. Y no te preocupes, esta vez no dejé ninguna prueba atrás. Todo está limpio.

Tatiana asintió, pero su preocupación no desapareció del todo. Aun así, decidió confiar en las palabras de Drex. Después de todo, lo conocía lo suficiente para saber que nunca le mentiría en algo tan importante.

—Le pedí a Daniel un par de pociones adicionales —confesó después de un momento—. Son para el dolor y para que tus heridas cicatricen por completo. Deberían llegar pronto.

Drex la miró con ternura. Sabía que detrás de esa fachada de profesionalismo, Tatiana estaba profundamente preocupada por él. Sin decir más, se inclinó hacia ella y le dio un beso rápido pero lleno de promesas. Tatiana sonrió débilmente antes de alejarse hacia los aposentos interiores para ponerse en contacto con Óscar.

Drex, por su parte, decidió unirse a Fabián y Julián. Mientras caminaba hacia ellos, su teléfono vibró. Era una llamada de Auxplex, y el tono en el que había sido enviada era suficiente para que Drex supiera que algo urgente estaba ocurriendo.

—¿Qué pasa? —preguntó, contestando al instante.

—Vambertoken ha hecho una solicitud —la voz de Auxplex sonaba tensa—. Ha pedido reunir a todos los chamanes del Perú. Es una reunión de emergencia, Drex. Algo muy serio está ocurriendo.

Drex apretó el teléfono contra su oído. Vambertoken estaba moviendo piezas, y no solo en Ecuador. Ahora también involucraba a los chamanes del sur. Esto no era casualidad.

—Mantente alerta, Auxplex —dijo, su mente ya girando en torno a los posibles significados de esa reunión—. Mantén los ojos abiertos y avísame si descubres algo más.

Tras cortar la llamada, Drex se unió a Fabián y Julián, quienes todavía conversaban sobre los movimientos de Vambertoken en el Vaticano.

—¿Qué has descubierto? —preguntó Drex, interrumpiendo el flujo de la conversación.

Fabián se giró hacia él, sus ojos cargados de preocupación.

—Vambertoken está pidiendo acceso a los artefactos más antiguos y poderosos del Vaticano —explicó Fabián—. Está buscando algo que podría cambiar el curso de la purga, pero no sabemos qué pretende hacer con esos objetos.

Julián asintió, confirmando las palabras de Fabián.

—Las tablillas de oro de los Tayos son poderosas, pero también muy peligrosas si caen en las manos equivocadas. Vambertoken siempre tiene un plan, pero aún no sabemos qué es lo que realmente está buscando.