‘El cazador de almas perdidas’. Creepy pasta 38.
Revelaciones y Conspiraciones en la Casa de las Hermanas González.
La brisa nocturna acariciaba el rostro de Drex mientras caminaba por las calles de Bogotá, dirigiéndose a la casa de las hermanas González. Apenas había aterrizado en Colombia, Diana y Tiranus partieron directamente hacia la Guarida del Lobo, mientras él aprovechaba para cumplir su promesa de visitar a María. Sin embargo, algo le inquietaba profundamente; las revelaciones recientes y su creciente desconfianza hacia Vambertoken pesaban en su mente.
La Llamada a Fabián.
A unas pocas cuadras de la casa de María, Drex decidió detenerse en un parque solitario, donde las sombras de los árboles y el silencio le ofrecían la privacidad necesaria para hacer una llamada importante. Sacó su teléfono y marcó el número de Fabián, esperando que su amigo estuviera disponible. Había mucho que discutir, y la conversación que se avecinaba no sería fácil.
—¿Drex?—, respondió Fabián, su voz clara pero cargada de tensión—. ¿Todo bien? Me alegra que hayas llegado a salvo a Colombia.
—Sí, estoy bien—, respondió Drex, con un suspiro—. Pero hay algo que necesito contarte. Después de nuestra charla con Vambertoken antes de partir a Perú, las cosas se complicaron. Necesito que escuches lo que descubrimos allá.
Fabián guardó silencio por un momento, su atención completamente enfocada en lo que Drex iba a decir.
—Adelante—, dijo finalmente, su voz seria—. Estoy escuchando.
Drex respiró hondo antes de comenzar.
—En Perú, después de la batalla en Pisac, Auxplex y yo nos encontramos con Vambertoken en el campamento de Oricalco. Nos felicitó por derrotar a la Muerte Plata, pero luego hizo algo que no esperaba. Mostró una pluma morada que tenía con él. Al principio no entendí su importancia, pero Auxplex y su padre, el máximo chamán del Perú, me explicaron lo que significaba.
Fabián permaneció en silencio, pero Drex pudo sentir su creciente curiosidad.
—Resulta—, continuó Drex—, que esa pluma morada es un símbolo muy sagrado entre las tribus chamanes de América Latina. Vambertoken la recibió hace más de 150 años del tatarabuelo de Auxplex, lo que lo convierte en un miembro honorario de las tribus. Esa pluma le permite acceder a secretos y poderes que van más allá de lo que cualquiera de nosotros podría imaginar. Al parecer, ha estado involucrado con los chamanes durante más tiempo del que pensamos, y eso cambia todo.
Fabián soltó un leve suspiro, como si estuviera procesando la información.
—Eso explica muchas cosas—, murmuró—. Vambertoken siempre ha tenido una habilidad para estar varios pasos por delante de todos, y ahora entiendo por qué. Tener una conexión tan profunda con los chamanes le da acceso a conocimientos y recursos que ni siquiera el Vaticano podría tocar.
—Exactamente—, dijo Drex—. Por eso quería hablar contigo. Necesitamos estar más atentos que nunca. Si Vambertoken ha estado manipulando las cosas desde hace tanto tiempo, y ahora con su influencia en el Vaticano, estamos jugando un juego mucho más peligroso de lo que pensábamos.
Fabián se quedó en silencio por unos momentos antes de hablar de nuevo.
—Después de la entrevista con Vambertoken, tuve una larga conversación con Julian, mi maestro—, dijo Fabián—. Negó rotundamente todas las acusaciones que Vambertoken hizo contra él, diciendo que eran puras manipulaciones. Pero aquí está lo más preocupante: Julian fue ascendido de rango, al igual que yo. Ahora soy la representación del Vaticano en Colombia, y mi trabajo es ayudar a Vambertoken en la transición hacia un nuevo ministerio vampírico. Parece que Vambertoken está ganando terreno en todas partes, y eso incluye al Vaticano.
Drex sintió un escalofrío recorrer su espalda. Todo esto sonaba a una manipulación muy bien orquestada por Vambertoken, quien parecía estar consolidando poder en todos los frentes.
—Entonces, Vambertoken está ganando terreno en el Vaticano—, murmuró Drex—. No me sorprende, pero es inquietante. Es como si el Vaticano se estuviera convirtiendo en otra sede política para él.
—Exactamente—, respondió Fabián—. De hecho, otro maestro espiritual dio un voto de confianza renovado para Vambertoken, y fue aprobado con más del 80% de los votos. Casi parece que ahora, todo está a favor del Archiconde.
—¿Y cómo te sientes con todo esto?—, preguntó Drex, sabiendo que Fabián debía estar lidiando con emociones conflictivas.
—No puedo evitar sentir que soy solo un peón más en su juego—, admitió Fabián—. Pero no voy a bajar la guardia. Voy a mantenerme cerca y tratar de entender mejor sus movimientos. Aunque ahora soy su mano derecha, no significa que lo confíe ciegamente.
Drex asintió, aunque sabía que Fabián no podía verlo.
—Debemos mantenernos en contacto—, dijo Drex—. Cualquier cosa que descubras, házmelo saber. No quiero que ninguno de nosotros termine siendo utilizado sin saberlo.
—Lo mismo digo—, respondió Fabián—. No dejemos que Vambertoken nos tome por sorpresa.
Con esas palabras, ambos terminaron la llamada, sintiendo que la conversación había sido tanto una advertencia como un pacto tácito de vigilancia mutua. Drex guardó su teléfono y continuó su camino hacia la casa de María, donde sabía que más revelaciones lo esperaban.
El Reencuentro con María y Tatiana.
Cuando Drex llegó a la casa de las hermanas González, el ambiente estaba más tranquilo de lo que esperaba. El aire frío de la noche contrastaba con la calidez que emanaba desde el interior de la casa. Se detuvo un momento antes de llamar a la puerta, permitiéndose un instante para prepararse para lo que estaba por venir.
María abrió la puerta casi inmediatamente después de que él tocara, con una sonrisa que iluminó su rostro.
—¡Drex!—, exclamó, invitándolo a entrar con un gesto amplio—. Sabía que vendrías pronto. Tatiana y yo estábamos esperando.
Drex entró en la casa, sintiendo la familiaridad del ambiente. La sala estaba decorada con símbolos místicos, velas encendidas y talismanes que colgaban de las paredes, creando un ambiente que combinaba lo acogedor con lo esotérico.
Tatiana, quien estaba sentada en un sillón en el rincón de la sala, lo saludó con una inclinación de cabeza, su expresión habitual de desdén había suavizado notablemente.
—Veo que lograste sobrevivir otra misión imposible—, dijo Tatiana con un tono ligeramente sarcástico, aunque había un atisbo de respeto en su voz.
Drex sonrió levemente mientras tomaba asiento.
—Pareces decepcionada—, respondió con un toque de humor—. ¿Esperabas que no lo lograra?
Tatiana se encogió de hombros, su sonrisa apenas visible.
—No me malinterpretes. Me alegra verte bien. Aunque esperaba una historia más interesante.
María, siempre la mediadora, se sentó junto a Drex, ofreciendo una taza de té que había preparado.
—Estoy segura de que tienes muchas preguntas—, dijo—. Y nosotras también. Hay mucho que discutir, y creo que es el momento de que cumplamos nuestra promesa.
Discusión sobre Vambertoken y Oricalco.
La conversación comenzó con una discusión sobre lo que había sucedido en Perú, las revelaciones sobre Vambertoken y la pluma morada que lo conectaba con los chamanes del Perú. Drex relató los eventos con cuidado, observando las reacciones de María y Tatiana mientras hablaba. Ambas hermanas escucharon con atención, aunque era evidente que la información las impactaba de diferentes maneras.
—Así que, Vambertoken ha estado jugando este juego desde hace más tiempo del que cualquiera de nosotros imaginaba—, dijo María, pensativa—. Eso explica mucho, pero también plantea nuevas preguntas. ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones?
Tatiana, siempre más escéptica, cruzó los brazos y se inclinó hacia adelante.
—No me sorprende en lo más mínimo—, dijo—. Vambertoken siempre ha sido un maestro en la manipulación. Pero me preocupa que ahora tenga aún más poder. Si está ganando aliados en el Vaticano, podría ser mucho más difícil enfrentarlo en el futuro.
Drex asintió, compartiendo la preocupación de Tatiana.
—No sabemos cuáles son sus planes a largo plazo—, dijo—. Pero está claro que todo lo que hemos hecho hasta ahora ha jugado a su favor. Nos ha utilizado para eliminar a la Muerte Plata, y ahora está consolidando su posición.
María suspiró, sintiendo el peso de las revelaciones.
—Debemos ser cautelosos—, dijo—. No podemos enfrentarlo directamente, pero tampoco podemos permitir que siga ganando terreno sin oposición.
La Promesa de María.
Con la discusión sobre Vambertoken y Oricalco en pausa, María cambió el tema a algo que había prometido a Drex hace tiempo.
—Drex—, comenzó, con una mirada seria—, no olvidé lo que te prometí. Tatiana y yo hemos estado hablando, y creemos que es hora de que uses nuestros poderes combinados para tratar de encontrar una pista sobre el paradero de la persona que destruyó tu vida.
Tatiana levantó una ceja, claramente incómoda con la idea.
—No prometo nada—, dijo—. La clarividencia es algo caprichoso, y no siempre ofrece las respuestas que buscamos. Pero si Maria cree que podemos hacer algo, estoy dispuesta a intentarlo.
Drex sintió una mezcla de gratitud y aprensión. Había esperado este momento durante tanto tiempo, pero ahora que estaba tan cerca, temía lo que pudiera descubrir.
—Gracias—, dijo, con sinceridad—. Cualquier cosa que puedan hacer será más de lo que tengo ahora.
Las hermanas se levantaron al unísono, moviéndose hacia el centro de la sala, donde una gran mesa de madera estaba adornada con símbolos místicos y velas encendidas. Drex observó mientras comenzaban a preparar el ritual, sintiendo que el aire en la habitación se volvía más pesado, cargado de energía.
El Ritual de Clarividencia.
María y Tatiana se sentaron frente a la mesa, una frente a la otra, mientras Drex tomaba asiento a un lado, observando con atención cada uno de sus movimientos. Las hermanas encendieron incienso y comenzaron a recitar palabras en un antiguo dialecto que Drex no pudo entender, pero cuya resonancia llenó la habitación con una sensación de gravedad y misticismo.
Tatiana cerró los ojos primero, y un aura suave pero poderosa comenzó a emanar de ella, como si estuviera llamando a fuerzas más allá de este mundo. María, con una voz firme y clara, guió a su hermana a través del proceso, sus palabras llenas de poder mientras establecía una conexión entre ambas.
El ambiente en la sala cambió, la temperatura descendió y una brisa invisible movió las llamas de las velas, proyectando sombras que danzaban por las paredes. Drex sintió cómo una presión invisible se asentaba sobre sus hombros, una tensión palpable que anunciaba que algo poderoso estaba a punto de suceder.
Las hermanas González trabajaron en perfecta sincronía, sus mentes unidas por un lazo que Drex no podía comprender completamente. La clarividencia combinada de ambas era una herramienta formidable, una que rara vez utilizaban debido al enorme esfuerzo que requería. Pero para Drex, estaban dispuestas a arriesgarse.
De repente, Tatiana abrió los ojos, que ahora brillaban con un tono blanco puro, y habló con una voz que no parecía del todo suya.
—Veo un camino envuelto en sombras—, dijo—. Un sendero que ha sido manipulado, ocultado a propósito. Hay fuerzas trabajando para mantenerlo fuera de tu alcance, Drex.
María, que mantenía la conexión con su hermana, continuó.
—La persona que buscas, la que destruyó tu vida… no actúa sola. Está vinculada a algo más grande, una conspiración que se extiende más allá de lo que imaginamos. Hay un nombre que resuena en la oscuridad… un nombre que debe ser desvelado para que puedas encontrarlo.
Drex contuvo el aliento, sintiendo que estaba a punto de recibir una pieza crucial de información. Las sombras en la habitación parecieron cerrarse más, como si el mismo mundo estuviera conspirando para evitar que la verdad fuera revelada.
—El nombre es…—, comenzó Tatiana, su voz volviéndose más débil—. El nombre es… Zoltgar.
De repente, la conexión se rompió, y Tatiana se desplomó hacia atrás en su silla, jadeando por aire. María rápidamente se inclinó sobre ella, verificando que estuviera bien, mientras la habitación volvía lentamente a la normalidad.
Drex se quedó en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. Zoltgar. Un nombre que no reconocía, pero que sabía que debía investigar.
—¿Estás bien?—, preguntó María, mirando a su hermana con preocupación.
Tatiana asintió, recuperando su compostura con lentitud.
—Estoy bien—, dijo—. Pero esa visión… estaba protegida. Sentí una resistencia, como si alguien o algo no quisiera que supiéramos más. El nombre… Zoltgar… es solo el comienzo.
Drex asintió, sabiendo que ese era su siguiente paso.
—Gracias—, dijo, con una sinceridad que no podía esconder—. Esto es más de lo que esperaba. Ahora tengo una nueva pista que seguir.
María y Tatiana intercambiaron una mirada, ambas sabiendo que la revelación que habían hecho podría llevar a Drex a un peligro aún mayor.
—Ten cuidado, Drex—, advirtió María—. Esto va más allá de lo que imaginamos. Si Zoltgar está involucrado, no estás solo en tu búsqueda. Hay otros factores en juego, y no todos estarán de tu lado.
Drex se levantó, sabiendo que debía prepararse para lo que venía.
—Lo sé—, dijo—. Pero al menos ahora tengo un nombre. Y eso es un comienzo.
El ritual había dejado una sensación de inquietud en el aire, pero también una chispa de esperanza. Drex sabía que tenía mucho que hacer, pero por primera vez en mucho tiempo, sentía que estaba más cerca de obtener las respuestas que buscaba.
Una Alianza Fortalecida.
Mientras se preparaba para partir, Drex no pudo evitar sentirse agradecido por la amistad y el apoyo de las hermanas González. Sabía que no habría llegado tan lejos sin ellas, y aunque sus caminos pronto se separarían nuevamente, estaba seguro de que sus lazos se habían fortalecido.
Tatiana, ahora recuperada, se acercó a él antes de que saliera por la puerta.
—Si necesitas más ayuda—, dijo, su tono suave pero firme—, sabes dónde encontrarnos. No estamos solos en esto, Drex. Y si Zoltgar es tan peligroso como parece, entonces lo enfrentaremos juntos.
Drex asintió, agradecido por su oferta.
—Lo tendré en cuenta—, respondió—. Gracias, Tatiana. Y a ti también, María.
María lo despidió con una sonrisa cálida.
—Ve con cuidado—, dijo—. Y recuerda que siempre tienes un hogar aquí, con nosotras.
Con esas palabras, Drex salió de la casa de las hermanas González, sabiendo que el próximo paso en su viaje lo llevaría por un camino aún más oscuro y peligroso. Pero también sabía que no estaba solo, y eso le daba la fuerza para continuar.
El Amanecer de una Nueva Caza.
Mientras caminaba por las calles vacías de Bogotá, Drex reflexionó sobre todo lo que había aprendido en esa noche. El nombre Zoltgar resonaba en su mente, un enigma que ahora debía resolver. Sabía que debía regresar a la Guarida del Lobo, reencontrarse con Diana y Tiranus, y prepararse para lo que vendría.
Pero por ahora, con la oscuridad de la noche envolviéndolo, Drex se permitió un momento de paz, sabiendo que había dado un paso más hacia la justicia que tanto había anhelado.
El sol comenzaba a despuntar en el horizonte, y con él, un nuevo día traía nuevas oportunidades y desafíos. Drex estaba listo para enfrentarlos, sabiendo que, aunque el camino era incierto, cada paso lo acercaba más a su objetivo.
Gracias por acompañarnos en este viaje al terror. ¡Nos vemos en el próximo episodio!”
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